viernes, 27 de diciembre de 2013

La formulación clínica en psicología


   La formulación clínica de un caso es un proceso gracias al cual se integra, desde un marco teórico concreto, un conjunto de información con el fin de definir un patrón coherente acerca del paciente y su problema, facilitando la comprensión e intervención sobre el mismo. Es un enlace entre el diagnóstico y el tratamiento que orienta al terapeuta durante toda la intervención. Además de su función integradora, también es de destacar su función explicativa del problema, su función prescriptiva al facilitar el diseño del tratamiento resaltando los aspectos más relevantes del problema, su función predictiva proveyendo una línea base y su función de guía en la relación terapéutica. Resumiendo, la formulación clínica es una intersección de diagnóstico, tratamiento, teoría, práctica, descripción y etiología.

   A pesar de como muestran algunos resultados recogidos en ciertas investigaciones sobre las formulaciones clínicas sobre la existencia de ciertas dificultades a la hora de integrar de una manera congruente la epistemología, la teoría y la práctica clínica, lo cual conlleva un aumento de las probabilidades a la hora de mezclar e incluso confundir conceptos provenientes de marcos teóricos distintos, reflejando una comprensión incompleta y ecléctica del caso clínico,  lo que lleva a que no en todos los casos se realiza una intervención acorde a las necesidades reales del paciente. Si se puede afirmar, sin embargo, que no cabe ninguna duda respecto a los beneficios que el uso de una formulación clínica aporta al diseño de tratamiento más adecuado. (Ballesteros de Valderrama, B.P., Caycedo Espinel, C.C. & Novoa Gómez, M.M., 2008)

   En función de la corriente teórica en la que se inscriba el psicoterapeuta se adoptará por poner en práctica una formulación clínica u otra. Las teorías permiten: a) identificar las características personales que inciden en el problema y b) proporcionan una descripción de cómo estas características dan origen a los problemas psicológicos (González Bravo, 2008). Al margen del enfoque teórico desde el que se opere, lo ideal es producir formulaciones clínicas que garanticen el adecuado equilibrio entre las características particulares del paciente y los enunciados generales de la teoría, permitiendo la implementación de planes de intervención ajustados al paciente.

   Se puede afirmar que la inmensa mayoría de las formulaciones de casos descansan sobre los supuestos de inferencia a partir de la información proporcionada por el paciente, sobre el juicio clínico del psicólogo y sobre su compartimentalización en componentes pre-definidos. Respecto a los componentes más usuales Morris (2003) recoge los siguientes:
  1. Identificar el problema del paciente
  2. Desarrollar las hipótesis sobre las características disfuncionales del paciente
  3. Desarrollar un modelo de trabajo a través del cual las características generan el problema
  4. Identificar el origen de las características disfuncionales a partir de la teoría correspondiente
  5. Acordar los objetivos del tratamiento
  6. Especificar las características personales revisadas
  7. Seleccionar las intervenciones
   En otro artículo analizaremos cuáles son las particularidades de la formulación clínica propia de la Terapia Breve Estratégica, el enfoque psicológico con el que trabajamos en el Centro de Terapia Breve Sakina, prestando especial atención a sus diferentes componentes.


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jueves, 19 de diciembre de 2013

Lo que queda


Un día el Mulá Nasrudín fue al mercado de burros.
- ¿Ha venido en busca de burros? ¿En qué puedo ayudarle? - le preguntó un mercader.
- Me gustaría adquirir un burro – dijo Nasrudin.
- ¿Qué le parece uno de éstos notablemente hermosos?
- Un momento -dijo el Mulá – quiero que me enseñe sólo los peores burros que tenga.
- Éstos y aquellos son los peores.
- Muy bien, entonces me llevaré uno de esos otros.

martes, 17 de diciembre de 2013

Los errores de las dietas


     Se podría afirmar que las diferentes dietas existentes en el mercado son eficaces, es decir, que permiten a quienes las siguen adelgazar de manera real. Pero por otro lado, también se podría afirmar que en realidad, ninguna de ellas funciona satisfactoriamente ya que no consiguen que se mantengan los resultados obtenidos. Es más, sólo el 10% de los pacientes que optan por una dieta siguen las recomendaciones dietéticas.

     Como muy bien aclara Nardone: “El motivo de que todas las dietas fracasen es que todas se basan en la idea del control, de la limitación y del sacrificio; por consiguiente, antes o después se vuelven insoportables porque chocan pesadamente con la sensación fundamental en la que se basa nuestra relación con la comida: el placer.” De este modo, no hay dieta que no se enfrente al interminable conflicto entre la voluntad y el deseo de placer que conduce al intento de control que termina haciendo perder el control.

     A continuación, se muestran cuales son las soluciones más practicadas para conseguir estar a dieta, con sus consiguientes efectos paradójicos.
  1. El efecto transgresión: cuanto más me lo prohibo, más lo deseo
No hay nada más irresistible que una prohibición por transgredir. O. Wilde

    Este tipo de dietas están basadas en la restricción de alimentos o en un control nutritivo de la alimentación, consumiendo sólo aquellos considerados buenos, nutritivos o pocos calóricos, desechando y evitando a toda costa aquellos otros considerados como peligrosos o que posean muchas calorías. Pero la decisión de prohibirse los alimentos "peligrosos", lo que conlleva en realidad, es que éstos se vuelvan cada vez más apetitosos, hasta que llega un punto en el que el deseo por consumirlos desborda toda posible barrera o control al igual que ocurre con las crecidas de un río. Y dicha transgresión será directamente proporcional a la prohibición, ya que todo deseo por el mero hecho de reprimirlo se vuele más arrollador.
  1. El efecto condena: el éxito aparente
Como Sísifo condenado a empujar una enorme piedra cuesta arriba
 que siempre volverá a rodar colina abajo.

     Estas dietas permiten la pérdida de esos kilos de más, además de conseguir mantener dichos resultados al menos durante un cierto tiempo. Lo que ocurre posteriormente es la inevitablemente pérdida del control junto a la recuperación de esos kilos perdidos. Además, suelen ser dietas cíclicas, es decir, se pierden y se recuperan kilos: efecto yo-yo.
     Lo que mantienen estas dietas es el éxito parcial y a corto plazo obtenido a través de ese esfuerzo titánico para conseguir perder esos kilos. Pero es este inmeso esfuerzo de control lo que con el paso del tiempo se convierte en el motivo de su propio fracaso, de la pérdida de control. Lo que en un momento pudo ser una buena solución termina convirtiéndose con el tiempo en un problema. Además, la constante alternancia entre éxito y fracaso, entre control y descontrol, alimenta la ilusión de que más tarde o más temprano se conseguirán mantener los resultados deseados, con lo que se continua dentro de la trampa.
  1. El efecto evitación: renunciar a las sensaciones para evitar la tentación
Nadie puede vivir sin placer. San Agustín

     Esta dieta consiste en sacrificar en nombre de la delgadez todo aquello que pueda ser un peligro, con lo que se renuncia a cualquier tentación y placer mediante el aislamiento y la abstinencia. Se teme que cualquier cesión al placer los lleve al colapso y les haga perder todo aquello que han ganado con tanto esfuerzo.
     Además, se trata de un modo de guardar la línea y mantenerse socialmente más deseable. En el fondo, las personas que optan por este camino están obsesionadas en que estar delgadas les permitirá ser más deseados y valorados. Pero paradójicamente, cuanto más rígidos se vuelven en lo tocante a su alimentación, también resultan más secos y carentes de fascinación, ya que si por un lado, pueden ser considerados guapos o en forma, por otro, son percibidos como secos y carentes de algo. Además, a menudo, puede convertirse en el paso preliminar hacia la anorexia, en la que dicha obsesión se transforma en algo incontrolable, en una prisión de la que es difícil salir.
  1. El efecto rebelión: como no lo consigo, me rindo
La única forma de librarse de una tentación es caer en ella. O. Wilde

   En este caso, tras una serie de fracasos con las dietas se renuncia al deseo de ser delgados abandonándose a los placeres de la comida y la bebida. Además, también se interrumpe la actividad física orientada a estar en forma. Ante la frustración de no conseguir estar a dieta se reacciona compensando dicho fracaso con el placer desmedido.
  1. El efecto de lucha continua: debo consumir más de lo que como
     Aquí nos encontramos con personas que practican de manera obsesiva todos los días actividad física con el fin de quemar más calorías de las que consumen en su alimentación. En ocasiones, a ésto se suma también una dieta restrictiva con lo que la dificultad de mantener dicho esfuerzo todavía resulta más difícil. De este modo, su lógica consiste en que si me excedo comiendo tendré que incrementar mi actividad física, lo que se convierte en una paradoja, ya que a mayor ejercicio más como, y cuanto más como, más ejercicio hago. Normalmente, en estos casos se alcanza un punto de ruptura en el que se produce un cese de la actividad física que produce una ganancia de peso rápida junto a una sensación de derrota.
     Además, en muchas ocasiones deriva en lo que se conoce como exercising, un trastorno obsesivo-compulsivo en el que existe una obsesión por realizar cualquier tipo de ejercicio físico en el que se quemen muchas calorías, independientemente del esfuerzo que requiera, seguido de, o bien, una dieta restrictiva o inmensas comilonas.
  1. El efecto hidráulico: si como demasiado, vomito
En el goce, a menudo, placer y disgusto se unen. F.Bacon

     La solución puesta en práctica en este caso es vomitar la comida después de haberla ingerido y degustado, lo que permite disfrutar de la comida sin engordar o incluso adelgazar. El problema es que dicha solución se termina transformando en una irrefrenable compulsión, en un ritual placentero en el que la persona se ve atrapada como por un demonio.
     Se trata de una de las trampas más peligrosas que existen, a causa de que vomitar es una buena solución inicial, además de eficaz y fácil de llevarla a la práctica, ya que requiere mucho menos esfuerzo que ponerse a dieta. El problema está en que enseguida aparecen sus pésimos efectos. Además, el organismo reacciona contra el vómito reteniendo todo lo que pueda sin seleccionar que clase de alimentos sean, lo que conduce a una ganancia de peso con más rapidez y menos comida que lo habitual. Y lo más peligroso de todo, se aumenta el riesgo de intoxicación con los conseguientes trastornos digestivos.
  1. El efecto delegación: la pastilla milagrosa
     Dicha solución es la elegida por aquellas personas que sienten que tienen una voluntad débil, o que se sienten derrotados o se han rendido. Buscan soluciones que no requieran esfuerzo delegando en algo externo a sí mismos lo que sólo puede ser conseguido bajo su responsabilidad y esfuerzo.
     Aquí entra en juego la oferta publicitaria de la industria farmacéutica y cosmética. Y en muchas ocasiones, muchos de estos productos son engañosos ya que prometen algo que no son capaces de dar. Pero en particular, existe un tipo de producto que además es peligroso, los anorexizantes. Se trata de sustancias que reducen el apetito a la vez que producen en el organismo un efecto de hiperexcitación. Ello puede tener efectos peligrosos sobre el estado de ánimo, ya que muchas veces, se tratan de anfetaminas, que también pueden provocar dependencia. Además, si bien, en un principio se podría conseguir la tan ansiada pérdida de peso, la alteración anímica posterior aumenta las probabilidades de una pérdida de control de la alimentación. Además, los fármacos en vez de ayudar a las personas a desarrollar sus propios recursos, su autoestima, incrementa el sentimiento de incapacidad personal. Se podría afirmar, que este intento de delegación es la solución más devastadora de todas.

    Con el fin de no caer y vencer todas estas trampas psicológicas, desde el Centro de Terapia Breve Sakina siguiendo los planteamientos de la terapia breve estratégica, se opta como no podía ser de otra forma por una dieta que viola el sentido y la lógica común, una dieta basada en el placer, la dieta de la paradoja.

G.NARDONE, La dieta de la paradoja, Paidós


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lunes, 16 de diciembre de 2013

La dieta de la paradoja


Lo ilógico es un paso necesario hacia lo lógico

     La dieta de la paradoja es una dieta creada por G. Nardone que consiste en una gestión de la alimentación basada en el placer y no en el sacrificio y el control forzado, ya que es posible utilizar el placer como base de un equilibrio alimentario eficaz y persistente. No es una dieta milagro, sino que se trata de una sutil y refinada estratagema basada en una lógica que viola el sentido común y los rígidos parámetros de la dietética tradicional, lo que nos permite liberarnos de las barreras psicológicas que nos impiden adelgazar y estar en forma. De este modo, permite a la persona gestionar de un modo diferente sus relación con la comida, consiguiendo encontrar una relación óptima entre el placer y las "obligaciones dietéticas", optando por la autorregulación en vez de por el control desmesurado. En lugar de forzar o reprimir nuestras inclinaciones o apetencias, las incentivamos y las reorientamos hacia la búsqueda del placer, lo que nos libera de los efectos paradójicos del control en la alimentación. Y ello, a causa de que una situación paradójica sólo puede resolverse a través de una solución también paradójica.

     Efectos:
  • Todas aquellas tentaciones alimentarias pierden su poder de atracción una vez que se satisfacen adecuadamente.
  • El organismo tiende de manera natural a autorregularse pidiendo aquellos nutrientes que más necesita según las circunstancias.
  • Se consigue un nuevo equilibrio no forzado o una nueva relación con la comida basada en el placer, en nuestras preferencias personales.
  • Las cantidades de comida disminuyen, ya que a mayor cantidad menor placer. El máximo de placer sólo se consigue con la cantidad justa.
  • Se trata de una meta-dieta, ya que es la única dieta real y natural, o lo que es lo mismo, es la base de toda dieta.
  • El 91% de las personas que optan por la dieta de la paradoja consiguen resolver sus posibles problemas alimentarios o alcanzar un peso adecuado, manteniéndolo a lo largo del tiempo sin ningún sacrificio.
  • Nos proporciona la oportunidad de fortalecer nuestras capacidades: demora de la gratificación, tolerancia a la frustración, autorregulación, etc; lo que conduce a un incremento de nuestra autoestima y bienestar.


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jueves, 12 de diciembre de 2013

Esperanza


Quien no espera nunca hallará lo inesperado.
Heráclito de Éfeso

martes, 10 de diciembre de 2013

Anorexia


La abstinencia total es más fácil que la moderación perfecta. San Agustín

     La anorexia, el trastorno alimentario más conocido, consiste en la reducción progresiva de la alimentación hasta el rechazo completo de la comida, pudiendo llegar incluso a ser mortal lo que desencadena grandes preocupaciones y atenciones. Se suele asociar a personas de fama o de envidiable belleza, a un tipo de vida envidiable para la inmensa mayoría de los adolescentes. Si bien, actualmente es un trastorno en regresión, ya que el 65% de los casos evoluciona hacia formas más desarrolladas del trastorno como el vomiting o el binge-eating, si sumamos la propia anorexia a estas derivaciones nos encontramos ante una epidemia peligrosa.

     En la mayoría de los casos suele presentar una aparición gradual no traumática. Se trata de un proceso gradual de abstinencia alimentaria que lleva al rechazo de la comida. Normalmente se origina a partir de la exigencia de adelgazar o de no engordar, consiguiendo así, el poder cumplir con los modelos de belleza socialmente aceptados. Tras un tiempo, esta motivación se vuelve autorreferencial, es decir, se alimenta a si misma, ya que cuando la delgadez se vuelve excesiva se enfrenta a los cánones estéticos que la habían inspirado. El sujeto ya no es capaz de salir. Sienten que los demás no ven la realidad con claridad, con su misma claridad. Con frecuencia, la abstinencia a la comida también se extiende a cualquier sensación agradable, como actividades y relaciones sociales. Todo ello los conduce a que se recluyan en su propia prisión, la cual cada vez se va haciendo más estrecha y de la que se ven incapaces de salir.

     Su obsesión por la delgadez es cultivada con el objetivo de ser más deseables estéticamente, pero con el paso del tiempo se transforma, mediante la renuncia a la comida y a las sensaciones, en una compulsión irrefrenable por evitar la comida. Este adelgazamiento intenso conlleva reacciones de las personas de alrededor, como la familia, que suelen ser contraproducentes, ya que producirán justo lo contrario, es decir, que el sujeto se encierre más dentro de su coraza y negativa a comer. Además, dicho comportamiento conlleva ganancias interpersonales, como por ejemplo, ser el foco de atención.

     A causa de que se trata de un problema de apariencia absurda aunque para el sujeto se base en una lógica convincente, cualquier intento basado en la sensatez y en la racionalidad estará abocado al fracaso. Por ello desde el Centro de Terapia Breve Sakina se apuesta por asumir la lógica aparentemente absurda de la persona anoréxica, sintonizando con ella en la formulación de la intervención.


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miércoles, 4 de diciembre de 2013

Vaca con becerro


El Mulá fue al mercado para vender su vaca, pero nadie quería comprarla. Un vecino se le acercó y le dijo:
- Déjeme a mi hacer; lo estás haciendo todo mal.
- Debo aprender este arte – pensó el Mulá.
- ¡Vaca de primera, preñada de cinco meses! - chillaba el vecino. En un abrir y cerrar de ojos el animal había sido vendido.
Cuando llegó a casa, Nasrudín se encontró con que un joven había venido a preguntar si podía casarse con su hija.
- Este es el momento oportuno para probar mi recién adquirida técnica – pensó el Mulá. Y quedó admirado de la rapidez con la que el pretendiente huyó de la casa.

jueves, 28 de noviembre de 2013

La lógica de la depresión




     La depresión se caracteriza fundamentalmente por la renuncia. La persona se encuentra paralizada por el rechazo a hacer cualquier cosa. Este estado se manifiesta a través de una serie de síntomas como son la desmotivación, la falta de esperanza, la ausencia de placer, la actividad relantizada, el negativismo, la impotencia y la lamentación, entre otros. Por norma general, los familiares juegan un papel muy importante en el mantenimiento del problema.

     La persona deprimida suele poseer la creencia de que es víctima de algo que no puede gestionar, lo que conlleva el resquebrajamiento de su mundo, de sus creencias, todo lo que había creído hasta entonces se ha hecho añicos. Dicha percepeción suele estar originada por un acontecimiento inesperado que marca un antes y un después, como un rayo en la oscuridad de la noche. Y la única manera que halla para enfrentarse a dicha situación es la renuncia, que puede ser de dos tipos: inmediata o tras una serie de intentos funestos para restablecer lo que se ha roto.

     Además, la tristeza en la mayoría de las ocasiones suele ir acompañada de un resentimiento procedente de la pérdida de control de las propias acciones, lo que se traduce en rabia, eso sí, calmada por su renuncia a cualquier acción.

     Desde el CTB Sakina, y en particular desde la Terapia Breve Estratégica, se distinguen cuatro tipos de depresión:

  • El deprimido radical
También murieron pronto mis dulces esperanzas.... G. Leopardi

     Se siente víctima de sí mismo, de su propia naturaleza; el mundo es el que siempre ha sido correcto y es él, el que nunca ha sido capaz de nada y siempre ha estado equivocado. Y ello lo lleva a renunciar por impotencia delegando en los demás que son los que son capaces de hacer.

  • El iluso desilusionado de sí mismo
El éxito vale cero y el fracaso doble. G. Nardone

     Se siente víctima de sí mismo, ha ocurrido algo que le ha demostrado su incapacidad, que ya no es el de antes. Pensaba que las cosas eran de un cierto modo pero ya no son así. Y renuncia rindiéndose, ya que tiene miedo a no tener los recursos necesarios para reconquistar la situación inicial.

  • El iluso desilusionado de los demás
Nadie puede hacer que te sientas infeliz si tú no se lo concedes. F.D.Roosevelt

     Se siente víctima de los demás, ha sido traicionado. Creía que su relación con los demás era estupenda hasta que se ha producido algo inesperado que lo ha desengañado. Y al igual, que el anterior, también renuncia rindiéndose, ahora es el turno de los demás de hacer, son ellos los que deben de restablecer la situación.

  • El moralista
El modo en que te explicas a ti mismo cómo ocurren los acontecimientos determina tu realización. M.Seligman

     Se siente víctima del mundo, ya que éste no es como debería ser. La injusticia en el mundo y en los demás le han hecho percibir la inutilidad de sus convicciones y comportamientos. No importa lo bien que se comporte uno, siempre termina ganando este mundo depravado. Y por ello, renuncia, pero sólo a nivel práctico, ya que continua luchando a través de su pensamiento.



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lunes, 25 de noviembre de 2013

Hay que serlo para reconocerlo



Un bromista retó a Nasrudín en la casa de té:
- La gente dice que eres muy listo, pero, ¡te apuesto cien monedas de oro que a mí no me engañas!
- ¿Ah no?, espérame aquí sentado – dijo Nasrudín mientras salía fuera.
Tres horas más tardes, el hombre seguía esperando a Nasrudín y su truco. Finalmente comprendió que había sido engañado. Se dirigió a casa del Mulá e introdujo una bolsa con las cien monedas de oro por la ventana. Nasrudín, mientras tanto, yacía en la cama planeando su truco. Oyó el tintineo de las monedas, cogió la bolsa y comprobó que en ella había cien monedas de oro.
- Bien – dijo a su mujer – el amable destino me ha enviado algo con lo que poder pagar la apuesta si pierdo. Ahora lo único que tengo que hacer es idear alguna estratagema para engañar al bromista que, sin duda, estará esperándome impacientemente en la casa de té.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

La lógica del miedo


El miedoso ignora lo que es estar sólo: detrás de su sillón siempre hay un enemigo
Nietzsche


    El miedo es nuestra emoción primaria más fundamental que nos permite incrementar nuestra capacidad para manejar y adaptarnos a la realidad que nos envuelve con la finalidad principal de sobrevivir. El problema surge cuando esta reacción de adaptación se transforma en una reacción patológica de bloqueo y rigidez que nos impide llevar a cabo nuestras capacidades y deseos. Nuestra tolerancia a la incertidumbre se ve gravemente reducida percibiendo en cada esquina una posible amenaza. Por ello, en busca de la tan anhelada seguridad, la motivación por conocer y controlar los diferentes aspectos del miedo aumentará exponencialmente, pudiendo originarse diferentes problemas o trastornos psicológicos. Y en este esfuerzo por controlar la situación, el individuo optará por poner en práctica principalmente dos intentos de solución a su problema: la evitación y la solicitud de ayuda.

    La evitación de la situaciones temidas, de aquello que no se puede predecir ni controlar, es en realidad, una trampa mortífera que conduce gradualmente a la persona, que la pone en práctica, hacia una espiral de evitaciones que conlleva una disminución en la percepción y confianza sobre los propios recursos.


    A su vez, al solicitar ayuda con el fin de afrontar las situaciones temidas, en realidad, también se está confirmando su propia incapacidad o falta de recursos para afrontar por sí solo una situación, ya que, si bien, a corto plazo se produce cierta confortación y alivio, a largo plazo el miedo se incrementará con la consiguiente bajada de autoestima al recibir el mensaje de que te ayudo porque tu sólo no eres capaz de afrontar la situación.

    Además, junto a estas dos estrategias disfuncionales y en su intento de conocer aquello que le asusta, el timorato en su esfuerzo consciente y voluntario de percibir cualquier señal de miedo lo único que conseguirá será paradójicamente amplificar la percepción de dichos síntomas entrando en un círculo vicioso sin salida. De igual modo, en su esfuerzo consciente y voluntario de expresar sus recursos los inhibirá viéndose su autoestima dañada.

    Por todo ello, lo más recomendable para conseguir una rápida y eficaz resolución de los problemas es la utilización de estrategias basadas en lógicas no ordinarias (paradoja, contradicción, creencia), tal y como practica el CTB Sakina desde su enfoque estratégico, que sean capaces de actuar a espaldas de dichos bloqueos rompiéndolos desde dentro.


El miedoso construye sus temores y luego se instala en ellos
Cioran

    Resumiendo, es el miedoso quien a través de sus intentos persistentes de protegerse y reducir el miedo, de poner en práctica con las mejores intenciones lo que mejor le funciona según su experiencia, construye sus propios fantasmas que luego se verá obligado a sufrir. Es el fallido y reiterado intento de control lo que lo conduce a perder el control.

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martes, 12 de noviembre de 2013

lunes, 11 de noviembre de 2013

Cuarta herejía de la TBE


Es mucho más difícil hablar de una cosa, que hacerla”  O. Wilde

   La mayoría de las terapias se basan en el supuesto de que el obrar sigue al pensar. Así, para cambiar un comportamiento o situación primero hay cambiar el modo de pensar y sólo después es posible cambiar la manera de obrar. Necesidad de conciencia, de racionalizar, etc. Este proceso debe de invertirse. Para cambiar primero hay que obrar y como consecuencia el pensar cambiará. Todo aprendizaje va de la experiencia al conocimiento (Piaget). No se niega la influencia del pensamiento, sino que sólo después de que se haya producido el cambio o aprendizaje, el conocimiento permite repetirlo y aplicarlo de nuevo con conocimiento de causa. 

   Tomar conciencia del cambio antes de que éste se produzca supone poner en guardia al sistema, con lo que éste se opondrá al cambio, aunque éste sea hacia un equilibrio más funcional. Por eso, la terapia se orienta pragmáticamente a la acción y a la ruptura prioritaria del sistema de retro-acción disfuncional que el paciente vive consigo mismo, con los demás y con el mundo, procurando por este medio hacer vivir concretamente nuevas experiencias. De este modo, primero se intentará producir modificaciones efectivas en la percepción-acción del sujeto, para después pasar a la redefinición cognoscitiva de aquello que se ha experimentado, en una síntesis pragmática entre la influencia personal del terapéuta y el incentivo continuado a la autonomía personal del paciente. Normalmente el cambio sucede sin que la persona se de cuenta de ello. Sólo cuando éste se ha producido, se toma consciencia de éste y se dan las consiguientes explicaciones.

   Resumiendo, la terapia estratégica es como una partida de ajedrez entre el terapétua y el paciente contra sus problemas, una sucesión de movimientos que tienden a producir efectos específicos. Después de cada cambio se redefine la nueva situación de la partida. El programa terapéutico se desarrolla estrategia a estrategia teniendo en mira los objetivos previstos y reorientándose según los efectos observados en el intento de centrar y aplicar una estrategia que puede ser eficaz para un problema determinado o un momento concreto de la terapia. No consiste simplemente en un aplicación de recetas eficaces, sino en un modo de ver los problemas humanos que no se interesa en la extinción definitiva de todos ellos, cosa que es imposible, sino únicamente en la solución focal de los problemas que, uno tras otro, pueden las personas hallar en el camino de su existencia.

La vida es un juego cuyo objetivo es descubrir reglas; 
reglas que cambian siempre y nunca llegan a descubrirse” Bateson

NARDONE & WATZLAWICK, El arte del cambio, Herder


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martes, 5 de noviembre de 2013

Costoso




Nasrudín montó una consulta privada con un letrero a la entrada que decía:
Se contestan 2 preguntas sobre cualquier tema por 50 euros
Un hombre que tenía dos preguntas muy urgentes pagó los honorarios, diciendo:
- Cincuenta euros por dos preguntas es más bien caro, ¿No cree?
- Sí, ¿la próxima pregunta, por favor?


lunes, 4 de noviembre de 2013

Tercera herejía de la TBE


“Para poner a prueba la realidad, es preciso obligarla a andar sobre una cuerda tensa y sólo se la puede juzgar cuando se ha vuelto acrobática” O. Wilde

    Cómo la teoría estratégica es radicalmente diferente a las concepciones tradicionales, también lo tendrán que ser sus procedimientos y su proceso. Los principios en los que se basarán serán los propios de la espistemología constructivista: causalidad circular, retroalimentación entre causa y efecto y discontinuidad del cambio y del desarrollo.

    Desde nuestro enfoque, creemos firmemente que es absurda la convicción usual de que los problemas madurados a lo largo de mucho tiempo necesiten para ser resueltos, de manera obligada, de un tratamiento igualmente largo. O del mismo modo, aquellas situaciones que se caractericen por un gran sufrimiento y complejidad, necesiten de una solución igualmente complicada y dolorosa. Los problemas pueden resolverse mediante estrategias que rompan el sistema circular de retro-acciones que mantienen operante el problema. Al romperse este equilibrio disfuncional se hará posible el cambio en el comportamiento y en las concepciones o creencias del sujeto.

    Además, no es necesario una profunda y larga excavación a la búsqueda de un supuesto trauma originario causa de la situación problemática, siempre confirmador del problema, eliminado el citado trauma deberían desaparecer los problemas del paciente. Ni tampoco es indispensable un lento y progresivo proceso de adquisición de insight o conciencia en busca de un hipotético estadio de suprema conciencia de sí mismo, resolución última de todo problema. Estos procedimientos basados en concepciones de causalidad lineal y relación determinista entre causa y efecto ya están superados en todas las ciencias avanzadas, de la biología hasta la física.

    Por el contrario, el enfoque estratégico utiliza prescripciones directas o indirectas de comportamiento, paradojas, trampas comportamentales, sugestiones y reestructuraciones que, rompiendo la rigidez del sistema relacional y cognoscitivo que mantiene la situación problemática hagan posible un salto indispensable hacia la apertura de nuevas vías de cambio, con el consiguiente desarrollo personal y un nuevo equilibrio psicológico. En palabras de Milton Erickson:

“una psicoterapia es buscada en primer término, no para esclarecer un pasado inmodificable, sino a causa de una insatisfacción con el presente y un deseo de mejorar el futuro. Ni el paciente, ni el terapéuta pueden saber en que dirección se ha de verificar un cambio y en qué grado ha de tener lugar este último. Pero se precisa cambiar la situación actual y una vez establecido tal cambio, por pequeño que sea, se precisa de otros cambio menores y un efecto en bola de nieve de estos cambios menores conduce a otros más importantes, de acuerdo con las posibilidades del paciente. Que los cambios sean transitorios, permanentes o evolucionen hacia otros cambios es de vital importancia con respecto a la comprensión del comportamiento humano, tanto respecto a uno mismo, como con respecto a los demás. He considerado mucho de lo que he realizado como una forma de acelerar las corrientes que impulsan el cambio y que maduran ya en la intimidad de la persona y de la familia, pero se trata de corrientes que precisan de lo inesperado, lo ilógico y lo súbito para desembocar en un resultado tangible.”

NARDONE & WATZLAWICK, El arte del cambio, Herder


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viernes, 4 de octubre de 2013

Aclarando el asunto




    Un perro había ensuciado la calle entre dos casas. Cada vecino reclamaba que el otro la limpiara. Nasrudín estaba en el tribunal cuando el asunto fue presentado ante el juez. A éste no le hacía ninguna gracia que Nasrudín afirmara ser un árbitro en derecho consuetudinario. El caso, en verdad, era peliagudo. Así que el juez lo aprovechó para bajarle los humos al Mulá.

- Acataré tu decisión, sea cual sea, Mulá Nasrudín, ya que estamos ante un caso difícil. Usted tiene la última palabra – dijo el juez.
- Mi decisión – dijo Nasrudín – es que al ser competencia de la judicatura aclarar los asuntos en una disputa, sea usted mismo el que deba limpiarla.

jueves, 3 de octubre de 2013

Segunda herejía de la TBE


“El hombre es tan perfectible y tan corrompible que puede enloquecer por medio de la razón”
 G.C. Lichtenberg

     La tarea del terapéuta no se centra en el análisis de lo profundo y la búsqueda de las causas del problema hasta la extrapolación de las verdades escondidas, sino en desentrañar cómo funciona y cómo se puede cambiar la situación de malestar de un sujeto, de una pareja o de una familia. Se produce un paso de los contenidos a los procesos, de un saber por qué hacía un saber cómo; ayudando al paciente a resolver su problema y a que adquiriera, por medio de una nueva experiencia de sus circunstancias, la capacidad de afrontar por sí solo de un modo más adecuado sus posibles problemas futuros.

   El enfoque estratégico defiende que los trastorno psíquicos y comportamentales se encuentran determinados por la propia percepción de la realidad que posee el sujeto, es decir, por su propio punto de vista que hace que perciba y construya una realidad ante la cual reacciona con una conducta disfuncional concreta. Ésta, sin embargo, a menudo, es la mejor opción que el sujeto conoce y cree poder ejercer en la situación problemática en la que se halla inmerso. Y con frecuencia, son estas mismas soluciones intentadas las que mantienen o agravan el problema. Una solución que en una situación derterminada ha demostrado ser buena y resolutiva puede convertirse, aplicada a una nueva situación, en una verdadera complicación del problema. Puede parecer extraño y paradójico pero, a menudo, los esfuerzos para cambiar algo no hacen más que mantener inmutable eso mismo que se desea cambiar, reforzando su problematicidad.

     De este modo, la intervención terapéutica estratégica consiste en desplazar el punto de vista del sujeto, desde su rígida y disfuncional posición perceptivo-reactiva a una nueva perspectiva más elástica, menos rígida y con más posibilidades de elección, en consonancia con uno de los imperativos estéticos del constructivismo:

Obra siempre de modo que aumentes el número de posibilidades de elección”
Von Foerster

    Este cambio de perspectiva se produce a través de un cambio en la percepción de la realidad que transforma a la realidad misma, lo que conlleva una transformación de toda la situación y de las reacciones ante ella. El sujeto adquiere, de este modo, la capacidad de enfrentarse a un problema recurriendo a todo un abanico de diversas posibles estrategias eficaces que hasta el momento no poseía.

NARDONE & WATZLAWICK, El arte del cambio, Herder


C/ Cristobal Lozano nº 20
02400 Hellín (Albacete)
 670037355

miércoles, 2 de octubre de 2013

Primera herejía de la TBE


Para conocer la verdad es preciso imaginarse miles de falsedades. Porque, ¿qué es la verdad? Para la religión, es simplemente una opinión que pervive. Para la ciencia, es el último descubrimiento sensacional. Para el arte, nuestro último estado de ánimo” Oscar Wilde
   
     Hereje es aquel que tiene posibilidad de elegir. Y el terapéuta estratégico puede considerarse un hereje respecto a los modelos tradicionales, ya que no se deja encarcelar ni por un modelo rígido de interpretación de la naturaleza humana y de la realidad, ni por una concepción metodológica rígida y ortodoxa de la psicología y la psiquiatría. Su quehacer, como diría Ortega, se basa en la epistemología constructivista que parte de la comprobación de la imposibilidad, por parte de cualquier ciencia, de ofrecer una explicación absolutamente verdadera y definitiva de la realidad y sobre el hecho de que la realidad, más bien, está determinada por el punto de observación del investigador/sujeto. No existe una sola realidad, sino tantas realidades como puntos de observación e instrumentos empleados para observar.

    No se describe la naturaleza humana en términos de sanidad o normalidad en oposición a los términos propios de la patología, como sucede con las teorías tradicionales, sino que desde el enfoque estratégico lo que interesa es la funcionalidad del comportamiento humano frente a los problemas de la existencia y de la convivencia de los individuos, en los mismos términos de percepción y relación que todo individuo vive consigo mismo, con los demás y con el mundo. No se dirige la atención hacia los objetos/sujetos en sí, sino a los objetos/sujetos en su relación consigo mismos y con los demás, ya que es imposible aislar a un sujeto de su contexto interactivo. O lo que es lo mismo, ante una cerradura no importa la cerradura en sí, sino únicamente la llave que la abre.

     Así pues, lo relevante es la relación interdependiente que cada cual vive consigo mismo, con los demás y con el mundo. El objetivo pues, es el buen funcionamiento de estas relaciones, no en términos generales y absolutos de normalidad, sino en términos de realidad totalmente personal, diversa de individuo a individuo y de contexto a contexto. Siempre se adaptan las estrategias a la situación y a las personas, y no la situación y las personas a las propias teorías.

NARDONE & WATZLAWICK, El arte del cambio, Herder


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martes, 1 de octubre de 2013

Como hacer que la cosa siga




Nasrudín solía plantarse en al calle todos los días que había mercado para que le señalaran con el dedo como a un idiota. No importaba cuán a menudo la gente le diera a elegir entre una moneda grande y pequeña, el Mulá siempre elegía la pequeña.

Un día un hombre bondadoso se le acercó y le dijo:

- Mulá, deberías tomar la moneda más grande. Así tendrías más dinero y la gente dejaría de considerarte un imbécil.
- Puede que sea cierto, pero si tomara la más grande la gente dejaría de ofrecerme dinero para demostrar que soy un idiota.

domingo, 29 de septiembre de 2013

Construir realidades patológicas


No son las cosas en sí mismas las que nos preocupan,
 sino la opinión que tengamos de ellas” Epitecto

    La realidad cambia según el punto de vista de quién la mira, de la misma realidad se pueden tener percepciones y opiniones muy diversas. De este modo, cada persona crea su propia realidad sobre la base de lo que hace. Y lo que nos guía a la hora de actuar, es la perspectiva que adoptamos en relación a la realidad con la que interactuamos. Este es el punto de vista que actualmente predomina dentro de la filosofía de la ciencia, el constructivismo.

    Se debe constatar que no existe un conocimiento realmente verdadero de las cosas, solamente puede existir un conocimiento instrumental, más o menos funcional o idóneo, que nos permita administrar la realidad con la cual nos relacionamos. Esto conduce a distanciarse de las tesis deterministas o positivistas que qpretenden defender la posibilidad de un conocimiento científicamente verdadero, optando por el estudio de los modos más funcionales de proceder con relación a una realidad nunca del todo verdadera, ya que ésta es fruto de los puntos de vista que adoptamos, de nuestros instrumentos cognitivos y de nuestros modos de comunicarnos. Así pues, sobre la base de esta conciencia de la imposibilidad de lograr una verdad definitiva, se hace necesario dirigir nuestros esfuerzos hacia el perfeccionamiento de nuestra conciencia operativa; o sea, de nuestra capacidad de administrar estratégicamente la realidad que nos circunda.

    Este mismo concepto, también lo podemos encontrar dentro de la tradición budista zen con el nombre de verdades de error: verdades instrumentales parciales que se construyen en la relación con las cosas que nos rodean para incrementar nuestra capacidad de gobernarlas: perfeccionar nuestra capacidad de inventar. Nuestro conocimiento se debe adaptar a las realidades parciales, construyendo, frente a los problemas, estrategias que se basen cada vez más en los objetos y objetivos que nos trazamos, y que se adapten paso a paso al desarrollo de otras realidades, es decir, adaptándonos eficazmente a lo que percibimos.

    Respecto a la patología, lo que la construye y lo que la mantiene, es precisamente lo que las personas intentan hacer para resolverla. Una tentativa de solución que no funciona, si es reiterada, no solo no resuelve el problema, sino que lo complica, hasta inducir a la construcción de un verdadero círculo vicioso, en el interior del cual, lo que se hace para cambiar alimenta la persistencia de lo que debería ser cambiado. En la mayoría de las ocasiones, cualquier patología grave viene a construirse sobre la base de las reacciones a fenómenos inicialmente tenues; tales reacciones, que pretenden controlar las emociones de base, en realidad, en su disfuncionalidad lo incrementan hasta conducirlo a una elevada expresión patógena. Y lo que conduce a las personas a reiterar la práctica de actitudes y comportamientos disfuncionales es aplicar, de manera rígida, soluciones que anteriormente habían funcionado en problemas del mismo tipo; pero una buena solución, empleada para un mismo problema en tiempos diferentes puede convertirse en una pésima solución, y del mismo modo, un comportamiento adecuado en una determinada circunstancia puede ser completamente inadecuado en otra muy similar a la anterior. El problema, por lo tanto, radica en aplicar tentativas de solución aparentemente adecuadas, y sobre todo, en insistir en su aplicación incluso después de comprobar el fracaso.

"En la mayoría de las ocasiones, con las mejores intenciones 
conseguimos los peores resultados" O.Wilde

    La vida está llena de eventos problemáticos para cualquiera; la diferencia está en cómo cada uno de nosotros afronta estas realidades, ya que esto conducirá a aplicar tentativas que pueden llevar no solo a la no-solución del problema que se quería resolver sino, incluso, a su complicación. Por tanto, lo que construye un problema no es tanto un error de percepción y de reacción, sino la rígida perseverancia en la posición asumida y en las acciones que derivan de ésta. Errar es humano, pero es la incapacidad de modificar los propios puntos de vista lo que vuelve a las situaciones en irresolubles. Y dicha dificultad de cambiar nuestras estrategias reside en el hecho de que éstas derivan de experiencias precedentes de resultados favorables al afrontar problemas de la misma tipología.

    Una persona tiene grandes dificultades en cambiar una convicción propia después de haberla creado mediante un proceso experiencial vivido como eficaz. Todo esto deja claro cómo, aún teniendo pruebas concretas, las personas insisten en aplicar estrategias de soluciones disfuncionales con relación a una determinada realidad, y cómo lo que mantiene los problemas es lo que hacemos, sin éxito, para resolverlos.

G.NARDONE, Psicosoluciones, Herder


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viernes, 27 de septiembre de 2013

Identidad equivocada




Nasrudín estaba muy enfermo y todo el mundo pensaba que moriría pronto. Su mujer ya se había vestido de luto y comenzó a llorar y a gemir. El Mulá era el único que permanecía inmutable.

- Mulá – preguntó uno de sus discípulos - ¿cómo es que puedas enfrentarte a la muerte con tanta calma, e incluso reírte de vez en cuando, mientras nosotros que no vamos a morirnos estamos atormentados con la idea de que puedas dejarnos?
- Es bastante sencillo. Mientras yazgo aquí mirándoos, me digo a mi mismo: “Tienen todos tan mal aspecto que estoy casi seguro de que cuando venga el Ángel de la Muerte confundirá por lo menos a uno de ellos conmigo, dejando un rato más aquí al viejo Nasrudín...”.

jueves, 26 de septiembre de 2013

Alternativas



Actúa de modo, que siempre logres aumentar el número de opciones.
H von Foerster

miércoles, 25 de septiembre de 2013

El fin del mundo



- Mulá, ¿Cuándo llegará el fin del mundo?
- ¿A cual fin del mundo te refieres?
- ¿Es que hay varios fines del mundo? ¿Cuántos hay?!!!
- Para mí dos, el mayor y el menor. Si muere mi mujer, ése es el menor. Pero si muero yo, ése es el mayor fin del mundo.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Construir realidades terapéuticas





“No existe una realidad verdadera, sino tantas realidades como se puedan inventar”  Oscar Wilde

     Lo que se debe considerar en relación al cambio no es el modo en que el problema se ha formado en el pasado, sino cómo éste se mantiene en el presente. Lo que debemos interrumpir, cuando queremos cambiar una realidad, es su persistencia; sobre su formación ocurrida en el pasado, no tenemos ningún poder de intervención.

    Esta consideración aparentemente obvia, no la tienen presente la mayor parte de los modelos terapéuticos psicológicos y psiquiátricos, los cuales, sobre la base de una epistemología determinista o reduccionista, se ocupan de reconstruir las causas pasadas de un problema presente, con la convicción que una vez éstas sean reveladas y hechas conscientes el problema desaparecerá. En realidad no existe ninguna conexión “causal lineal” entre cómo un problema se crea y cómo éste persiste, sobre todo no existe ningún nexo lógico entre cómo el problema se crea y cómo puede ser cambiado y resuelto. En cambio, si existe una causalidad circular entre cómo un problema se mantiene y lo que las personas hacen para resolverlo sin éxito. Esto conduce a destacar que cuando se pretende provocar cambios lo importante es concentrarse en las tentativas de solución disfuncionales en curso, ya que, cambiando o bloqueando éstas se interrumpe el círculo vicioso que alimenta la persistencia del problema. Una vez interrumpido lo que alimenta el problema se habrán abierto la posibilidad de un auténtico cambio alternativo; es más, esto no sólo será probable, sino inevitable, en cuanto la ruptura del equilibrio precedente conducirá a la necesidad del establecimiento de uno nuevo, basado en las nuevas percepciones de la realidad experimentadas durante la intervención.

     Hay que tener presente que es nuestra percepción de las cosas lo que construye literalmente la realidad de nuestros comportamientos y cómo nuestra percepción está construida sobre la base de lo que hemos experimentado y creído con anterioridad. En consecuencia, la intervención que conduce al cambio es la que provoca experiencias preceptivas concretas que pongan a la persona en condiciones de sentir algo distinto con relación a la realidad que debe cambiar, para abrir de este modo la puerta a reacciones diferentes, ya sea de tipo emotivo o comportamental. De esta manera, no sólo tiene lugar un cambio en el comportamiento, ni sólo un cambio en las cogniciones, ni tampoco un cambio simplemente en las emociones; sino un cambio que sucede tanto a nivel de emociones, como de conocimientos y de comportamientos, y todo ello a raíz de una experiencia concreta que modifica el modo de percibir la realidad.

     Desde el enfoque estratégico los diferentes trastornos mentales se conciben como el producto de una modalidad disfuncional de percepción y reacción en relación con la realidad, literalmente construida por el sujeto a través de sus reiteradas disposiciones y acciones; proceso de construcción en el interior del cual, si se cambian las modalidades perceptivas de la persona cambiarán también sus reacciones.

   De este modo, el objetivo es conducir al paciente mediante estratagemas, trampas comportamentales, mentiras benéficas y métodos de refinada sugestión hipnótica a experimentar percepciones alternativas a su realidad. Y tales experiencias perceptivas, nuevas y correctivas lo llevarán a cambiar las precedentes disposiciones disfuncionales emotivas, cognitivas y comportamentales del sujeto. 

   La Terapia Breve Estratégica se trata de una intervención breve y focal orientada a la extinción de los trastornos presentados por el cliente. Este enfoque no es una terapia superficial y sintomática sino una intervención radical, ya que apunta a la re-estructuración de las maneras en que cada uno construye la realidad que luego afronta. La superación del trastorno requiere la ruptura del sistema circular de retroacciones entre sujeto y realidad el cual mantiene la situación problemática. A esta primera fase, le seguirá la re-definición y la consiguiente modificación de las representaciones del mundo que obligan a la persona a crear respuestas disfuncionales.

    En consecuencia, el método de conducción terapéutico es radicalmente distinto al tradicional. Así, en vez de adoctrinar al cliente con la teoría y el lenguaje propio de la escuela psicológica a la que se pertenezca, se entra en su lógica y se usa su mismo lenguaje y sus mismos modelos de representación del mundo, con el fin de eludir las resistencias al cambio y facilitar en todo lo posible el cambio deseado al cliente.

    La atención terapéutica estará enfocada principalmente en dos aspectos:

a) Cómo la persona y las personas que la rodean han intentado y siguen intentando resolver el problema sin obtener éxito, o sea los intentos de solución que alimentan el problema.

b) Cómo es posible cambiar tales situaciones problemáticas del modo más rápido y eficaz, o sea las estrategias que pueden conducir a experiencias alternativas de percepción y reacción.

    Además, conviene tener presente que el recurrir a noticias o informaciones sobre el pasado o sobre la llamada historia clínica del sujeto representa solo un medio para poder preparar las mejores estrategias de solución de los problemas y no un procedimiento terapéutico como en las formas convencionales de psicoterapia.

    Generalmente el cliente mejora rápidamente, desbloqueándose en la mayoría de los casos la patología en las primeras cuatro o cinco consultas. La rapidez de dicho cambio conduce a una modificación progresiva de la percepción de sí mismos, de los otros y del mundo; de la precedente rigidez patógena se pasa a una elasticidad preceptivo-reactiva. Tal cambio produce un progresivo aumento de la autonomía personal y un incremento de la autoestima, al recuperar la fe en los propios recursos. Obviamente existen casos que requieren una terapia más larga y otros más breve. No obstante, estamos convencidos de que si una terapia funciona los cambios tienen que aparecer rápidamente.

    Más allá de la aparente extravagancia o magia de ciertas intervenciones estratégicas, los resultados obtenidos a nivel de real eficiencia terapéutica demuestran inequívocamente que la TBE es, absolutamente, la forma de terapia que garantiza los mejores resultado con los menores riesgos. (Watzlawick y otros, 1974; Haley, 1973; De Shazer, 1985-88-91; Nardone_Watzlawick, 1990; Nardone, 1991-93; Cade-O'Hanlon, 1993; Watzlawick-Nardone, 1997). Existe una gran diferencia entre resolver una patología en dos o tres meses, o en dos o tres años, o bien en cinco o siete años, como en el caso del psicoanálisis, ya que en el primer caso la persona objeto del tratamiento gana una considerable parte de sus vida libre de sus trastornos. Al fin y al cabo, ésto es lo único que cuenta.

    No sólo es un enfoque terapéutico sino una verdadera escuela de pensamiento sobre cómo los seres humanos se relacionan con la realidad, o mejor, sobre cómo cada uno de nosotros se relaciona consigo mismo, con los otros y con le mundo, y sobre cómo mediante tal proceso el sujeto construye la realidad que él mismo sufre o maneja. En resumen, la Terapia Breve Estratégica se trata de una adaptación creativa a las circunstancias mediante diversas estratagemas con el fin de que éstas sean capaces de romper los encantamientos representados por los complicado problemas humanos.

NARDONE G., Psicosoluciones, Herder


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Morada



Morada para el hombre es la divinidad.
Heráclito

sábado, 14 de septiembre de 2013

El arte de vivir



Hacer que cada instante de la vida sea lo mejor posible, sin importar la mano del 
destino que nos lo envíe: en eso consiste el arte de vivir.
G. Lichtenberg

jueves, 5 de septiembre de 2013

martes, 20 de agosto de 2013

Alegría




Esforcémonos en hacer que el último camino sea mejor que el anterior, mientras caminemos. 
Y cuando lleguemos al final, alegrémonos con moderación. 

Epicuro

sábado, 3 de agosto de 2013

Multiplicidad


Me siento múltiple. Soy como un cuarto con innumerables espejos fantásticos, que remiten a reflejos falsos una sola realidad anterior, que no está en ninguno de ellos y se encuentra en todos.
F. Pessoa

domingo, 28 de julio de 2013

Nietzsche: de los despreciadores del cuerpo



     El cuerpo es una pluralidad dotada de un único sentido, una campo donde se suceden sin cesar la guerra y la paz entre fuerzas; es un plano de inmanencia o de proto-posibilidad donde se hallan en estado latente las acciones o fuerzas que lo constituyen, las cuales se expresarán o se relacionarán entre sí según el sentido que les haya otorgado la voluntad de poder. Pero ésta no es nada externo al cuerpo, sino que es su gran-razón, su sí-mismo, el principio de articulación de su pluralidad. Así pues, alma, yo, espíritu (razón), no son más que instrumentos que se crea para sí el cuerpo, son costumbres o hábitos[1] como puentes que posibilitan devenir en nuevas configuraciones o formas de vida a través de una actividad creativa ininterrumpida. El sí-mismo constantemente crea puentes hacía nuevas creaciones, ya que su esencia consiste en el deseo de crear por encima de sí mismo, y no en otra cosa consiste el superhombre.

     De este modo, los despreciadores del cuerpo no hacen otra cosa que servir a su sí-mismo, a su cuerpo, pero ya no se trata de un cuerpo sano, sino de uno cansado que ya no es capaz de crear por encima de sí, y en el que su despreciar consiste en su apreciar (triunfo de las fuerzas reactivas). Esta actitud propia de toda voluntad negativa proviene de la envidia, del enojo contra la vida y la tierra, contra todos aquellos cuerpos que si llevan hasta el final sus potencialidades o por lo menos lo intentan, y también de la vanidad, de aquel espíritu (aquella posibilidad determinada o modo concreto de relacionarse las fuerzas) que se cree el fin y sentido de todos los demás cuerpos, el fin último de la vida.



[1]Todo hábito o costumbre no es más que un modo concreto que tienen las fuerzas de relacionarse entre sí, es decir, una posibilidad determinada (que a su vez siempre se manifiesta de diferentes maneras) entre una infinitud de posibilidades.

C/ Cristobal Lozano nº 20
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