Un día el Mulá Nasrudín fue al mercado de burros.
- ¿Ha venido en busca de burros? ¿En qué puedo ayudarle? -
le preguntó un mercader.
- Me gustaría adquirir un burro – dijo Nasrudin.
- ¿Qué le parece uno de éstos notablemente hermosos?
- Un momento -dijo el Mulá – quiero que me enseñe sólo los
peores burros que tenga.
- Éstos y aquellos son los peores.
- Muy bien, entonces me llevaré uno de esos otros.