miércoles, 29 de enero de 2014

Atracón (Binge-Eating)


El placer tiene razones que la razón ignora. Cherbuliez

    El atracón o binge-eating es un trastorno que se caracteriza por la alternancia entre ayunos prolongados y atracones monumentales. A diferencia de otros trastornos alimentarios, la única conducta compensatoria al atracón es el ayuno, y precisamente al retrasar el contacto con la comida se exalta su deseo por ella. Dicho problema se suele presentar generalmente en personas autónomas, a menudo solteras, de éxito social y profesional, que lo llevan en secreto y de una manera absolutamente solitaria.

     Además, al igual que con el vomiting dichas personas viven el problema conscientes del hecho de que lo que hacen, lo hacen por puro placer, al que han decido rendirse, pero administrándolo de una manera disfuncional, la única por otra parte que conocen. Su gestión, como se dijo anteriormente, consiste en alternar periodos de control del deseo, ayuno, con atracones programados y organizados. Pero dicha búsqueda de perfeccionamiento y control de sus deseos lo que les conlleva, paradójicamente, es a perder el control cayendo en una espiral vertiginosa de desenfreno.

     Por lo general, las personas preocupadas por perder el control sobre la comida tienden a imponerse reglas alimentarias que, precisamente, incrementan su deseo por los alimentos prohibidos, con el efecto habitual de que, después de algunos días de dieta rígida, acaban atracándose con las comidas prohibidas, que de esta manera se hacen irrefrenablemente, más y más deseables.

     Desde el Centro de Terapia Breve Sakina y el enfoque estratégico que practicamos, creemos que la solución a dicho problema es ayudarle al paciente a que autoadministre de un modo diferente su deseo, pero sin prohibiciones absolutas algunas, ya que si te concedes aquello que deseas puedes renunciar a ello, sino es irrenunciable.


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martes, 28 de enero de 2014

Los milagros tienen detalles


Un día Nasrudín puso un pollo a asar en su horno y salió a la calle un rato. Un bromista local lo sustituyó por un pollo vivo. Cuando el Mulá regresó a su casa, la encontró rodeada de gente.
- Mulá – exclamaba la gente – se ha producido un milagro, tu ave asada ha vuelto a la vida.
- Nasrudín abrió la puerta del horno y comprobó que ciertamente el pollo ahora estaba vivo. Se giró hacía la muchedumbre y les dijo:
- Los milagros están muy bien, pero hay ciertas detalles que tienen que resolverse. ¿Creéis que el poder de obrar milagros, el cual reconozco ante la evidencia presentada, otorga el derecho al robo? Alguien ha hecho desaparecer mis especias y mis condimentos. ¿Quién pagará la leña gastada? Y lo peor de todo, ¿quién restaurará mi esfuerzo en preparar el pollo asado?


viernes, 24 de enero de 2014

Terapia Breve Deconstructivista



lo imposible es lo único que puede ocurrir
Jaques Derrida

    La deconstrucción es un movimiento y una estrategia, es la operación vital por excelencia que nos permite traspasar los sentidos posibles y estancos que delimitan nuestras vidas otorgándonos la oportunidad de una apertura hacia sentidos imposibles e insospechados, hacia nuevas maneras de percibir y relacionarnos con lo que nos rodea y con nosotros mismos.

     Se trata de una operación textual, ya que todo, nosotros, el mundo, los otros, Lo Otro, todo no es más que texto. La vida no es más que una extensión, un campo plagado de semillas preñadas de sugerencias nunca cerradas ni agotadas en sus posibles significados. Y por ello, la deconstrucción es una tarea que se sabe inconclusa, nunca acabada, ya que no existe un sentido definitivo, sino sólo un caminar en el que en función de las peculiaridades de la situación, nuestro esfuerzo y actitud brotarán unas semillas y no otras, con unos frutos y no otros.

Caminante, son tus huellas el camino,
Y nada más.
Caminante, no hay camino,
Se hace camino al andar.
Antonio Machado

     Lo único que nos queda quizás, es refugiarnos en el quizás mismo, en la experiencia inaudita y sorprendente llena de vitalidad que rompe y trasfigura la sucesión lineal, monótona y habitual de los acontecimientos de nuestras vidas, ofreciéndonos nuevos ojos con los que ver el mundo y a nosotros mismos.
Quién no espera no encontrará lo inesperado
Heráclito de Éfeso

    A través de la Terapia Breve Deconstructivista reelaboraremos nuestro texto vital como co-elaboración textual múltiple de significados, de experiencias sensoriales, emocionales y cognitivas. Ya que, sólo a partir de una elaboración textual cada vez más rica junto con una amplia visión multifacética de la experiencia se podrá garantizar con firmeza nuestro desarrollo personal.

    De este modo, desde el Centro de Terapia Breve Sakina ofrecemos este nuevo enfoque original de asesoramiento filosófico con el fin de aportar claridad a cualquier problemática que te impida avanzar, o si deseas explorar nuevos sentidos insospechados para tu vida.


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martes, 21 de enero de 2014

Pasión


El hombre es fuego y la mujer estopa, entonces viene el diablo y sopla.
Cervantes

Terapia Breve Estratégica



Soluciones simples para problemas complejos. G. Nardone
     
     La Terapia Breve Estratégica es un enfoque original sobre la formación y la solución de los problemas humanos que encuentra su máxima expresión en Giorgo Nardone y Paul Watzlawick, en dónde la intervención se centra, por una parte, en eliminar los síntomas o el comportamiento disfuncional por el cual la persona ha recurrido a terapia, y por otra parte, en producir un cambio de las modalidades según las cuales la persona construye su propia realidad personal e interpersonal.

     Se trata de una intervención radical y duradera, y no una terapia superficial y meramente sintomática. A diferencia de las tradicionales teorías psicológicas y psiquiátricas, el enfoque estratégico no se basa en ninguna teoría sobre en qué consiste la “naturaleza humana”, la “salud”, lo normal o la patología psíquica. El principal interés lo constituye la manera en la que las diversas personas se relacionan consigo mismas, con los otros y con la realidad, lo que determinará que su comportamiento se funcional o disfuncional.

     De este modo, cuando nos encontramos frente a una dificultad – sea personal, relacional o profesional – la primera cosa que intentamos hacer para resolverla es utilizar una estrategia que nos parece eficaz, tal vez porque haya funcionado en el pasado para una situación similar. Si la estrategia elegida funciona la dificultad se resuelve en tiempo breve, pero a veces sucede que nuestra estrategia no funciona como esperaríamos y que esto nos lleva a intensificar nuestros esfuerzos en esa dirección. Pero cuanto más nos esforzamos en aplicar esta estrategia, la dificultad inicial no sólo no parece irresoluble sino que incluso se complica, transformándose en un verdadero problema estructurado, un círculo vicioso. En estos casos son los mismos esfuerzos que la persona ejerce en dirección del cambio lo que mantienen la situación problemática, es decir: las “soluciones intentadas” probadas por el sujeto y por las personas de su entorno para intentar resolver el problema terminan por alimentarlo y determinar así su continuidad. Incluso, a menudo estos intentos de solución son reconocidos por la propia persona como no funcionales, pero a causa de que se ve incapaz de actuar de otro modo sigue inmerso en la misma dinámica desarrollándose desconfianza ante la posibilidad de un cambio de la propia situación problemática.

    Así pues, para cambiar una situación problemática no es necesario desvelar las causas originarias (aspecto sobre el cual, por otro lado, no tendríamos ninguna posibilidad de intervención), sino comprender cómo funciona el problema, es decir, cómo se mantiene en el presente mediante las “soluciones intentadas” llevadas a cabo una y otra vez. Por este motivo, el terapeuta estratégico se enfoca, desde el inicio de la terapia, sobre la ruptura de este círculo vicioso, trabajando sobre el presente más que sobre el pasado, sobre cómo funciona el problema más que sobre el “porqué” existe, sobre la búsqueda de las soluciones más que de las causas.

    El objetivo último de nuestra intervención terapéutica es conseguir desplazar la perspectiva originaria rígida y disfuncional del cliente (que se manifiesta a través de las soluciones intentadas) hacia una perspectiva más elástica y funcional, con mayores posibilidades de elección. De este modo, se garantiza que la persona adquiera la posibilidad de afrontar el problema con mayor flexibilidad, disfrutando de la ventaja de haber desarrollado diversas estrategias de resolución con lo que sus capacidades de afrontamiento, autonomía y autoestima se ven incrementadas.

     Para alcanzar este objetivo de la forma más eficaz y rápida posible, la intervención estratégica es de tipo activo y prescriptivo y debe producir resultados ya desde la primera sesión. Si esto no ocurre, el terapeuta está en condiciones de modificar su propia estrategia con base a las respuestas del cliente, hasta encontrar la estrategia idónea para guiar a la persona al cambio definitivo de su propia situación problemática.

       Resultados:

   Diferentes estudios ("Brief Strateic Therapy", Nardone, Watzlawick, Rowman & Littlefield Publishers Inc, MD, USA, 2004) han mostrado que 9 de cada 10 personas que optan por la Terapia Breve Estratégica consiguen resolver sus problemas con una completa superación de éstos y con una duración media del tratamiento de sólo 7 sesiones.

       Áreas de trabajo:

Miedos, fobias, pánico.
Ansiedad y preocupaciones.
Obsesiones y compulsiones.
Manías y paranoias.
Psicosis y supuestas psicosis.
Depresión.
Luto y estrés postraumático.
Adicciones: tabaco, drogas blandas, internet, sexo, compras compulsivas, juego, etc.
Relaciones familiares: adolescentes, niños, etc.
Relaciones de pareja.
Problemas amorosos.
Problemas de alimentación: anorexia, bulimia, vomiting, atracones.
Dieta paradójica.
Ansiedad de prestación o bloqueo en rendimiento en diferentes ámbitos.


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domingo, 19 de enero de 2014

Asesoramiento filosófico



una guía para el arte de vivir

    El asesoramiento o consulta filosófica tiene como objetivo clarificar retos, inquietudes, conflictos, dilemas o dudas a través de un diálogo reflexivo. Un diálogo como acto de comunicación mediante el cual se consigue un conocimiento nuevo, un cambio fruto de un descubrimiento conjunto.

    Existen diferentes situaciones en las que el asesoramiento filosófico puede resultar de gran ayuda, sin que sea necesario para acudir disponer de conocimientos de filosofía:

  • Si se siente en una encrucijada: elecciones vitales, dilemas éticos, dudas existenciales, conflicto de valores.
  • Si siente que ha perdido la dirección de su vida: falta de sentido, vacío existencial. 
  • Si siente que no es capaz de aceptar la muerte, la incertidumbre. 
  • Si desea resolver problemas de identidad: integración de experiencias, inquietudes, responsabilidades.
  • Si desea cuestionar de manera constructiva su propio proyecto vital-existencial: valores, metas, etc, en aras a un mayor crecimiento personal.Si desea vivir con mayor conciencia, profundidad y autenticidad.
  • Si desea mejorar su carácter y sus relaciones con sus semejantes.
  • Si son una organización o empresa privada y desean que su actividad se encuentre en sintonía con los valores presentes en la sociedad respetando la legislación, tanto nacional como internacional, junto a los DDHH, haciendo ver a su vez, cómo ésta puede convertirse en una fuente de ventajas competitivas al atraer posibles clientes.
  • Si son organismos estatales, organizaciones privadas y/o personas particulares relacionadas con el ámbito público-político en aras a solucionar problemas y/o implantar proyectos, todo ello desde una perspectiva ética, ecológica y democrática.

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viernes, 17 de enero de 2014

jueves, 16 de enero de 2014

Vomiting


Cualquier cosa repetida un cierto número de veces
 se convierte en un placer. H.Laborit

    Si bien, en la literatura especializada se contempla únicamente como una variante de la anorexia o de la bulimia definiéndolo como bulimia nerviosa, desde la Terapia Breve Estratégica se considera que el síndrome del vómito o vomiting es por sí mismo un trastorno que hace referencia a aquellas personas que, ritualmente, consumen grandes cantidades de comida para justo después vomitarla. Todo ello no con el fin de adelgazar, sino con el objetivo de tener violentas sensaciones de placer. Y de este modo, pueden pasar días enteros comiendo y vomitando, su verdadera pasión: sólo viven para comer y vomitar.

     El vomiting, evolución tecnológica de las formas tradicionales de trastornos alimentarios, se trata de una especie de perversión basada en el placer de comer y vomitar, siendo en el fondo un ritual erótico. Se diferencia significativamente de las demás formas de trastorno alimentario basadas en la exigencia de estar delgados. Lo que es fuente de placer no es el hecho de comer, sino la secuencia ritual de comer y luego vomitar. Normalmente, se comienza a vomitar como solución para no engordar y poder seguir comiendo de manera desenfrenada. Pero tras un cierto periodo se descubre el placer del ritual comer-vomitar hasta que se vuelve demasiado atractivo, ya que un acto desagradable repetido un determinado número de veces se convierte en placer, pasando a ser esclavos de éste y considerándolo incluso como el mayor placer que han conocido en sus vidas.

     En resumen, es un trastorno que comienza por la exigencia de estar delgados, pero al repetirse, aunque se mantenga el placer por comer o se esté a salvo del riego de la anorexia, lleva a la formación de una auténtica forma de compulsión basada en el placer, que después de algún tiempo se extiende tanto en su vida cotidiana que le come terreno a cualquier otra actividad agradable. Y por lo tanto, es necesario una modalidad de tratamiento específica diferente a la de la anorexia y la bulimia.

     Existen tres tipos dentro del síndrome del vómito:

a) Transgresores inconscientes

     Si bien son esclavos del agradable ritual, todavía no han tomado conciencia de su esencia de perversa actividad erótica. La viven como una forma ambivalente de agradable tormento al que no logran renunciar. Es la forma de vomiting más minoritaria.

b) Transgresores conscientes y satisfechos

     En este caso, han llegado a una realización racional del problema como última fuente de placer. No suelen tener intención de interrumpirlo o cambiarlo. Su amente secreto es irrenunciable e insustituible. Manifiestan placer al hablar de él con quien comprende su perspectiva. El ritual es una especie de demonio seductor que los posee y les conduce al placer máximo. Lo viven como un estado auténtico de gracia y placer que hay que mantener. Las terapias basadas en el control o la represión fracasan o son contraproducentes ya que pueden incrementarlo.

c) Transgresores conscientes pero arrepentidos
   
    Tras años de patología han realizado una valoración de todo lo que han perdido y de lo que se están perdiendo por el ritual. Son plenamente conscientes de cómo funciona el problema pero sin la exaltación típica de los satisfechos. Declaran cuán placentero y embriagador es su ritual perverso, pero al mismo tiempo afirman que están dispuestas a hacer lo que sea para liberarse, ya que se dan cuenta de todo lo que las limita en su vida.

    Desde el Centro de Terapia Breve Sakina se opta por una intervención psicológica estratégica para este tipo de problemas que presenta unos resultados de éxito del 82% en los casos tratados.


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miércoles, 15 de enero de 2014

Mindfulness



     El Mindfulness o atención plena es una técnica perteneciente a las terapias de tercera generación (TTG) basada fundamentalmente en la meditación Zen que consiste en una experiencia caracterizada por la conciencia y aceptación del momento presente, sin juicios valorativos. Se trata de estar en contacto con nosotros mismos, de conectarse con el aquí y el ahora, con el presente, tomando conciencia de lo que percibimos, sentimos, pensamos y hacemos en cada momento, lo que permite que las relaciones que establecemos con nosotros mismos y los demás se vean transformadas. No se pretende controlar los diferentes aspectos de la experiencia subjetiva sino facilitar la aceptación radical de éstas, promoviendo el contacto con el único escenario de la vida, el momento presente. 

Componentes:

No juzgar: abandonar la tendencia a categorizar, valorar y reaccionar automáticamente.
Perseverancia: respetar los procesos naturales de los acontecimientos y de los eventos internos, no precipitándolos ni forzándolos. Dar tiempo.
Mente de principiante: apertura a la experiencia libres de expectativas.
Confianza: responsabilizarnos de nosotros mismos.
No esforzarse: abandonar el esfuerzo por conseguir resultados.
Aceptación: ver la cosas tal y como se muestran en cada instante. 

Beneficios:

Facilita la desensibilización y reduce la excesiva reactividad emocional.
Favorece el reprocesamiento emocional de eventos aversivos.
Permite conectar con estados de relajación.
Facilita la autorregulación de la propia conducta.
Permite ver los pensamientos como pensamientos y los sentimientos como sentimientos distanciándose de ellos y otorgando un mayor espacio de libertad.
Prepara las bases para realizar una mejor acción en cualquier ámbito.


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martes, 14 de enero de 2014

Autoimagen y Fusión de la Identidad


    Como se comentó anteriormente, según la Teoría de la Autoverificación existe una tendencia inherente en los individuos a pertenecer a un grupo que confirme nuestras autoimagen, esto es, que la imagen que tengan los miembros de ese grupo respecto a nosotros se adecue a como nosotros nos vemos a nosotros mismos, ya que de este modo el individuo como organismo mantendría su equilibrio. Consecuentemente, en función de cómo sea la relación existente entre nuestra autoimagen y la imagen que el grupo tiene de nosotros, se verá afectada nuestra decisión de permanecer como miembros de dicho grupo o buscar en cambio otro grupo en donde sí se vea confirmada. De este modo, en función del grado de fusión de la identidad que perciba el individuo entre su autoimagen y la imagen de sí que tiene el grupo, independientemente de su valencia positiva o negativa, se estará más o menos dispuesto a realizar ciertos comportamientos en nombre del grupo o por el contrario a buscar otros posibles grupos en los que su autoimagen se vea confirmada en un grado más elevado que en él anterior.

    Además, uno puede identificarse con un grupo por diversas razones. Una de ellas puede ser para conseguir una identidad más coherente tanto con uno mismo como con los demás con la consiguiente disminución de incertidumbre y ansiedad, como afirma la Teoría de la Reducción de la Incertidumbre (Gómez, 2007). Pero también, la fusión de la identidad puede ser considerada una de las razones por la que se elige pertenecer a un grupo. De este modo, no sólo explicaría las razones de que existan conductas extremas, sino que también podría explicar parte de las causas por las que se decide pertenecer a un grupo y no a otro.

    Así pues, puede ser que el proceso en el que un individuo toma la decisión de pertenecer a un grupo concreto comience con la fusión de la identidad en el sentido de que en primer lugar no se busca la identificación grupal asimilándose con el prototipo, sino que más bien, la primera necesidad puesta en liza es la de ser comprendido por otros, es decir, encontrar un contexto en dónde nuestra autoimagen, nuestras creencias sobre nosotros mismos, sea vea confirmada por parte de los demás. A partir de aquí, con el respaldo de los miembros del grupo y con la sensación de ser comprendidos y de encontrarnos en un contexto que respeta nuestra manera de ser, se emprende el camino hacia la asimilación de aquellos patrones conductuales propios del grupo y que son expresados a través de sus miembros más prototípicos hasta que se alcance la identificación grupal. Y cuando ello así sucede, cuando la identidad grupal y la propia identidad son una y la misma cosa, junto a la percepción de haber sido en todo momento respetados y comprendidos por los otros miembros, se produce entonces la fusión de la identidad con el grupo. Aunque cabría puntualizar que en la mayoría de las situaciones, este proceso se produciría en paralelo.

Referencias bibliográficas

Gómez, A. (2007). Las raíces de la violencia en la adolescencia. Cuando el individuo está fusionado con el grupo (pp. 13-36). En XIX Seminario “Duque de Ahumada”. Hacia una protección integral del menor. ED. Secretaría General Técnica, Ministerio del Interior.
Gómez, A., Vázquez, A., Morales, J. F., Hart, S., y Swann, W. B. Jr. (2013). Reacciones a ser rechazado socialmente: ¿luchar o no hacer nada? La fusión de la identidad como moderador de las respuestas al ostracismo. Ciencia Cognitiva. Recuperado de http://www.cienciacognitiva.org
Swann, W.B., Jr., Gómez, A., Seyle, C., & Morales, F. (2009). Identity fusion: The interplay of personal and social identities in extreme group behavior. Journal of Personality and Social Psychology, 96, 995–1011. Recuperado dehttp://homepage.psy.utexas.edu/homepage/faculty/swann/docu/fusion09.pdf
Swann, W. B. Jr., Gómez, A., Dovidio, J. F. Hart. S. & Jetten, J. (2010). Dying and Killing for One’s Group: Identity Fusion Moderates Responses to Intergroup Versions of the Trolley Problem. Psychological Science, 21, 1176-1183. Recuperado dehttp://homepage.psy.utexas.edu/homepage/faculty/swann/docu/swanntrolley.pdf


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lunes, 13 de enero de 2014

Fusión de la Identidad


    A partir de la Teoría de la Autoverificación, Swann, Seyle, Gómez y Morales (2009) han desarrollado el concepto de fusión de la identidad que permite predecir el comportamiento en función del grupo. Se trata de un vínculo entre el individuo y el grupo caracterizado por su elevada fortaleza y compromiso en el que no se disuelve o se pierde la propia identidad individualidad, sino que más bien, el sujeto y el grupo se sitúan al mismo nivel. Ello facilita que los individuos fusionados con su grupo se encuentren más dispuestos a llevar a cabo conductas extremas en nombre del mismo grupo, ya que se percibe que éste haría lo mismo que lo que el individuo estaría dispuesto a hacer por él. Además, el sentirse fusionados otorga a los individuos una sensación de invulnerabilidad y lealtad hacia el grupo percibida de manera bidireccional. En palabras de Gómez (2007), “cuando los miembros de un grupo perciben que dicho grupo es una externalización de sí mismos, se considera que el individuo está fusionado con el grupo, esto es, el individuo y el grupo se vuelven una sola cosa. Para las personas fusionadas, sus metas y prioridades son indistintas de las del grupo. Por este motivo, dichas personas están dispuestas a realizar comportamientos extraordinarios por el grupo, como pegar e incluso morir por él”.

    En resumen, la fusión de la identidad se trata de la percepción subjetiva por parte del individuo del grado en que se solapan su identidad individual y la identidad grupal. Sus principales componentes son dos. El primero, es una alta identificación grupal, y el segundo, un sentimiento de unidad con el propio grupo que en ciertas circunstancias conduce al individuo a percibirse a sí mismo y a su grupo como una única entidad y con las mismas prioridades. La barrera entre el grupo y uno mismo se difumina, pasando el propio grupo a convertirse en una externalización de uno mismo. En estos casos, los individuos fusionados con su grupo presentan una mayor predisposición a realizar conductas extremas en beneficio de éste. Además, en aquellos casos en los que también coexista un elevado nivel de actividad, junto al citado alto grado de fusión de la identidad, la emisión de conductas extremas en nombre del grupo serán más probables (Gómez, 2007).

Referencias bibliográficas

Gómez, A. (2007). Las raíces de la violencia en la adolescencia. Cuando el individuo está fusionado con el grupo (pp. 13-36). En XIX Seminario “Duque de Ahumada”. Hacia una protección integral del menor. ED. Secretaría General Técnica, Ministerio del Interior.
Gómez, A., Vázquez, A., Morales, J. F., Hart, S., y Swann, W. B. Jr. (2013). Reacciones a ser rechazado socialmente: ¿luchar o no hacer nada? La fusión de la identidad como moderador de las respuestas al ostracismo. Ciencia Cognitiva. Recuperado de http://www.cienciacognitiva.org
Swann, W.B., Jr., Gómez, A., Seyle, C., & Morales, F. (2009). Identity fusion: The interplay of personal and social identities in extreme group behavior. Journal of Personality and Social Psychology, 96, 995–1011. Recuperado de http://homepage.psy.utexas.edu/homepage/faculty/swann/docu/fusion09.pdf
Swann, W. B. Jr., Gómez, A., Dovidio, J. F. Hart. S. & Jetten, J. (2010). Dying and Killing for One’s Group: Identity Fusion Moderates Responses to Intergroup Versions of the Trolley Problem. Psychological Science, 21, 1176-1183. Recuperado de http://homepage.psy.utexas.edu/homepage/faculty/swann/docu/swanntrolley.pdf


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domingo, 12 de enero de 2014

Inteligencia emocional


cambiar siempre para seguir siendo los mismos

    La Inteligencia Emocional (IE) es la habilidad para detectar las emociones y sentimientos propios y ajenos, discriminando entre ellos, para utilizar dicha información como guía para el pensamiento y la acción a la hora de resolver problemas y regular la conducta. Aproximadamente, alrededor del 75 % del éxito en cualquiera de las diferentes  áreas de la vida es debido a la IE.

     La IE puede descomponerse en cuatro habilidades emocionales específicas:

(1) Percepción, evaluación y expresión de emociones

Aprenda a reconocer, atender, descifrar y expresar las diversas emociones.

(2) Asimilación en la vida de las expresiones emocionales básicas (facilitación emocional)

Las emociones son el resultado de la organización de múltiples aspectos de la vida: psicofisiológicos, emocional-experiencial, cognitivos y de conciencia. A su vez, determinan la perspectiva que se adopta ante cada situación. Así pues, la IE le permitirá ver las cosas desde diferentes puntos de vista, incrementado su capacidad de reflexionar sobre las problemáticas de una manera más profunda y creativa.

(3) Comprensión y razonamiento con la emoción

La IE le facilitará el acceso al conocimiento y comprensión de ti mismo y de tus relaciones interpersonales, permitiéndote adaptar la emoción más adecuada a una situación determinada.

(4) Manejo y regulación de la emoción en uno mismo y los demás

Las emociones son complejas, confusas y se solapan entre ellas, teniendo además en sí mismas sus propias consecuencias positivas y/o negativas. De este modo, una alta IE le supondrá seguir ciertas normas con la suficiente flexibilidad para satisfacer las exigencias no sólo de la situación sino también de las propias demandas.

    El Centro de Terapia Breve Sakina ofrece formación en inteligencia emocional desde un enfoque estratégico que facilita su práctica en situaciones reales.


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viernes, 10 de enero de 2014

Las cosas son como son


Un guía acompañaba a un grupo de turistas en el Museo.
- Este sarcófago tiene cinco mil años.
Un personaje barbudo con un turbante intervino:
- Está usted equivocado – dijo Nasrudín – ya que en realidad tiene cinco mil tres años.
Todo el mundo quedó impresionado, menos el guía que estaba un poco molesto. Y así pasaron a otra sala.
- Este jarrón – dijo le guía – tiene dos mil quinientos años.
- Dos mil quinientos tres – salmodió Nasrudín.
- Pero bueno, ¿cómo es posible que pueda datar estos objetos con tanta precisión? No me importa que usted sea oriental, la gente, sencillamente, no sabe este tipo de cosas.
- Es muy fácil – dijo el Mulá – estuve aquí hace tres años, y por aquel entonces usted dijo que el jarrón tenía dos mil quinientos años.

jueves, 9 de enero de 2014

Autoimagen


     Como individuos insertos en una sociedad pertenecemos a grupos, lo que implica que nos guste saber cómo nos ven los otros miembros del grupo al que pertenecemos. Según la Teoría de la Autoverificación formulada por W.B.Swann (1983), estamos motivados a buscar información que confirme la propia autoimagen, es decir, tendemos y deseamos que los demás nos vean tal y cómo nos percibimos a nosotros mismos, siendo más valoradas aquellas circunstancias y contextos que lo hacen posible. De este modo, las interacciones interpersonales se verán reforzadas cuanto más coincida nuestra propia autoimagen con la imagen que tienen los otros de nosotros mismos. Ello influirá en nuestra elección a la hora de decidir pertenecer a un grupo o a otro, en función de que la identidad grupal coincida más o menos con la propia identidad individual. Incluso hasta cuando se tiene una mala imagen de sí mismo se prefiere que también los otros nos valoren negativamente, ya que si no fuera así, y por el contrario se fuera valorado de manera positiva, la autoimagen y la imagen que tienen los otros de uno mismo entrarían en conflicto, sintiéndonos incomprendidos a causa de que se está mostrando una autoimagen que no es la que realmente se quiere trasmitir.

     Según W.B.Swann (1983) la autoimagen se forma a partir de la observación de las reacciones de los demás en las diferentes interacciones con nosotros, proporcionándonos unos patrones para poder predecir el mundo que nos rodea, para saber cómo tenemos que relacionarnos con los otros y lo otro, lo que otorga un sentido de coherencia a nuestras vidas, un significado. Así pues, una vez formada se hace necesario mantenerla, esto es, que los otros se relacionen de un modo consistente con ella, ya que en la mayoría de las ocasiones es más rentable esto que crear una nueva. O lo que es lo mismo, no es más que la tendencia inherente de todo organismo o sistema a mantener su equilibrio, su homeostásis con el medio, incluso aun cuando éste no sea del todo funcional el organismo se resistirá a cambiar hacia otro nuevo equilibrio, que si bien puede poseer una mayor funcionalidad que el anterior no se lo prefiere por ser desconocido.

Referencia bibliográfica

Swann, W.B.Jr. (1983). Self-verification: Bringing social reality into harmony with the self. En J. Suls y A. G. Greenwald (Eds.), Psychological perspectives on the self, 2, pp. 33-66. Recuperado de http://homepage.psy.utexas.edu/homepage/faculty/swann/docu/swBSRHS83.pdf


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martes, 7 de enero de 2014

Bulimia


Puedo resistirlo todo excepto la tentación. Oscar Wilde

    La bulimia, el trastorno alimentario más frecuente de todos, se caracteriza por la compulsión irrefrenable de comer, la cual más que al hambre, se debe a un deseo desenfrenado de consumir comida, llegándose incluso a comer cualquier cosa por el simple placer de engullir. Las personas que padecen de bulimia no poseen la capacidad de resistirse a los cantos de sirena de la comida. Desde el enfoque psicológico estratégico se diferencian tres tipos o modalidades repetitivas de percepción y reacción, respecto a la comida y al cuerpo, propias de la bulimia.

a) Bulimia boteriana

     Las personas de este tipo suelen ser sujetos tan gordos que recuerdan a las famosas pinturas de Botero. Suelen estar bien adaptados a su problema, acudiendo a terapia a causa de un problema de salud que les obliga a perder peso. Suelen estar presentes las típicas disfunciones orgánicas y psicológicas de la obesidad.
     
     Su situación se ha convertido para dichas personas en una realidad aceptada, ya que tras una serie de vivencias de frustraciones juveniles, han cedido a su condición, aparentemente inevitable, eliminado cualquier freno a la hora de saciar sus deseos. Se ha olvidado cualquier esperanza estética convirtiéndose en auténticos gozadores de la comida.

b) Bulimia por efecto alcachofa

    
     En este caso, la característica principal es que el sobrepeso o descontrol equilibrado de su alimentación se convierte en una especie de protección para otros problemas afectivos-relacionales. Por más que intenten ponerse a dieta, más tarde o temprano, siempre terminarán fracasando. Su constante lucha con la balanza y la dieta les permite no dirigir su atención a sus problemas. Se trata de una realidad no aceptada pero que no se consigue cambiar porque se necesitaría resolver antes otros tipos de problemas.

c) Bulimia yoyó

     Aquí se alternan periodos de dieta en los que se puede perder muchos kilos con periodos de alimentación desenfrenada en los que los vuelven a ganar. Alternancia perpetua entre control y pérdida de control, confianza en sí mismas y depresión. Su estado emocional está ligado a su relación con la comida e imagen estética. El problema se convierte en una realidad desagradable, combatida con éxito sólo parcialmente, seguida de recaídas que llevan a una lucha extenuante. Suele ser la más frecuente y clara. La lógica de este tipo de bulimia se basa en un efecto paradójico de autoimposición: cuanto más me reprimo lo que deseo más irrefrenable se convierte. Intento de control que hace perder el control. Suele estar presente también en las demás formas de bulimia. Además, están en constante conflicto consigo mismos por su incapacidad de gestionar su alimentación. 

     Los resultados que presenta la Terapia Breve Estratégica, enfoque desde el que se trabaja en el Centro de Terapia Breve Sakina, muestran que en un 91% de los casos los pacientes tratados consiguen solucionar completamente este tipo de problemas psicológicos.

NARDONE, G., Más allá de la anorexia y la bulimia, Paidós


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sábado, 4 de enero de 2014

Futuro


El mejor modo de prever el futuro es inventarlo.
F. Ford Coppola

jueves, 2 de enero de 2014

La formulación clínica estratégica



    Desde el enfoque estratégico representado por G.Nardone & P.Watzlawick (2012) el problema que presenta un paciente se encuentra definido por los intentos de solución, y a su vez estos intentos disfuncionales determinan las soluciones alternativas que serán necesarias aplicar para resolver el problema superando las dificultades que se vayan presentando durante toda la intervención.

     La peculiaridad principal que caracteriza a la formulación clínica del caso desde este enfoque teórico se halla en que para encontrar la solución al problema planteado por el paciente no es necesaria una explicación previa del problema, un por qué, o sea, que no sería necesario el componente número 4 de la formulación clínica tradicional, ya que son las mismas soluciones intentadas hasta el momento las que conducen al descubrimiento de cómo funciona el problema. De este modo, la formulación del caso se centra en el presente, en las dinámicas actuales de persistencia y cambio, en el cómo funciona el problema, posibilitando el máximo resultado con el mínimo esfuerzo (PSE). En este sentido, la corriente estratégica en su énfasis por las variables actuales que mantienen el problema, es decir, su contexto actual, adopta la misma perspectiva que los enfoques conductuales de tercera generación como la Teoría de Aceptación y Compromiso (ACT), sin que ello quiera decir que no se preste atención al contexto histórico que ha generado la conducta disfuncional, pero en su justa medida, sin otorgar la importancia que otros enfoques le dan a los por qué de los problemas, a los contenidos, ya que el hecho de dar y pedir razones y justificaciones más que ayudar a solucionar el problema contribuyen a mantenerlo .

     Si en toda formulación clínica el objetivo primordial es identificar y comprender el mecanismo central del problema, su corazón, en el enfoque estratégico éste consistirá en conocer el sistema perceptivo-reactivo del paciente, es decir, su modelo recurrente y redundante de afrontamiento ante las dificultades, sus soluciones intentadas, que si bien son realizadas con las mejores intenciones, en realidad, lo que producen son los peores resultados, o sea, que el problema o patología se mantenga. En suma, se trata de identificar la lógica del problema, ya que para que la intervención sea eficaz la lógica de las técnicas terapéuticas o estratagemas utilizadas para tal fin deben de coincidir con la del problema en cuestión. (Nardone y Balbi, 2011)

     Por otro lado, hay que tener presente que toda intervención sólo es eficaz si antes están claramente definidos todos y cada uno de los diferentes pasos del protocolo, o sea, de la formulación clínica del caso. Así pues, la terapia citada se concibe como una tecnología que se caracteriza por su predictibilidad, es decir, por su predisposición y ejercicio constante. De este modo, según Nardone et al. (2011) la formulación clínica junto al posterior tratamiento pasa por tener a disposición una estrategia que sea capaz no sólo de alcanzar el objetivo, sino que en sus partes está compuesta de una serie de maniobras tácticas, que en cada fase, mientras actúan me indiquen lo que estoy produciendo, permitiéndome medir el fallo de la acción en todo momento y fase para su corrección. En fin, un modelo auto-correctivo y controlable en sus efectos.

     En concreto, los componentes de la formulación clínica del caso que se proponen desde la Terapia Breve Estratégica son:
  1. Definición descriptiva y concreta del problema
Se trata de obtener información sobre qué es lo que ocurre o cuál es el problema, quién o quienes están implicados, dónde y cuándo tiene lugar la situación problemática, y cómo ocurre o qué condiciones lo acompañan. Es de gran relevancia durante esta fase en especial tomarse todo el tiempo que sea necesario, siguiendo la lógica de “Salir después para llegar antes”. Además, es muy recomendable intentar abordar el problema desde todas las perspectivas posibles lo que favorecerá el posterior diseño de la intervención.
  1. Determinación y acuerdo sobre el objetivo
Junto al paciente se acuerdan qué cambios concretos serían necesarios realizar para resolver el problema, lo que favorece un incremento de la colaboración y cohesión en la relación terapéutica.
  1. Evaluación de las soluciones intentadas
Se podría afirmar que ésta constituye la fase primordial dentro de este enfoque teórico, ya que en ella se irá desvelando la lógica del problema. Básicamente consiste en identificar y valorar los intentos de solución llevados a cabo hasta la fecha y los resultados obtenidos, lo que permitirá tomar conciencia de: a) los intentos fallidos, lo que no funciona y es causa del mantenimiento del problema y por lo tanto lo que no hay que hacer, y b) aquellas soluciones que sí han tenido éxito, las excepciones, que se convertirán en puntos de anclaje que utilizar para resolver el problema.
  1. Aplicación de estratagemas
Si bien a partir de esta fase comienza de un modo más explícito lo que comúnmente se denomina fase de tratamiento, en sus primeros compases las tareas o técnicas utilizadas sirve para continuar explorando el problema en cuestión. En especial, se utilizan en el siguiente orden las estrategias que se exponen a continuación:

Cómo empeorar o agravar el problema: se trata de que el paciente enumere todas las modalidades posibles de fracaso o busque todas las soluciones que podrían utilizarse para empeorar la situación. Dicha estrategia tendrá dos efectos: a) generará aversión a aquellas soluciones disfuncionales, es decir, se sabrá lo que no hay que hacer, y b) facilitará la creatividad o búsqueda espontánea de soluciones alternativas como respuesta opuesta a una obligación liberándonos de la trampa paradójica de la voluntad.

Escenario más allá del problema: consiste en pedir al paciente que imagine cómo sería la situación en la que se encontraría si el problema estuviera resuelto, lo que permitirá descubrir sus características pudiendo seleccionar aquellos aspectos realizables. Aunque siempre es conveniente comenzar por el cambio más pequeño e inocuo. Además, no hay que olvidar que la ficción reiterada, como profecía autocumplida, se convierte en realidad.

Escalador: a través de esta estrategia el paciente traza la ruta o camino a seguir para superar su problema, no desde donde se encuentra en el momento actual, sino desde la cima u objetivo final. Ello le permitirá seguir el camino más fácil al ir fraccionando el objetivo en micro-objetivos, es decir, al ir imaginando los estados anteriores que serían necesarios para alcanzar la meta que se propone y elegir para comenzar su andadura el cambio más pequeño y concreto enumerado. También aquí nos encontramos ante la profecía que se cumple a sí misma (Nardone, 2012).

     Para terminar, al igual que defienden la inmensa mayoría de corrientes teóricas, la flexibilidad es una característica irrenunciable dentro de la Terapia Breve Estratégica. Tanto los problemas como los objetivos, por su propia naturaleza, pueden ir cambiando en todo momento haciéndose necesario ir definiéndolos constantemente con el fin de conseguir la mayor eficacia y eficiencia para el paciente.

Síntesis

     La formulación clínica del caso dentro del proceso psicoterapéutico es un paso imprescindible para el éxito de éste, ya que nos permitirá planificar la intervención más adecuada ajustándola a las peculiaridades del paciente. La formulación clínica al identificar de manera descriptiva y concreta el problema posibilita comprender los factores que lo predisponen, lo precipitan y lo mantienen, siempre sin perder de vista la vida del paciente, su demanda, necesidades, metas y valores; y al integrar toda esta información se facilita un diseño de tratamiento más efectivo. Aunque no hay que olvidar que la selección e integración de la información pertinente nunca será neutra, sino que siempre será deudora de una corriente teórica concreta, es decir, que a partir de un mismo caso se podrán realizar diferentes formulaciones clínicas dependiendo del marco teórico en el que se inserte el psicoterapeuta.

    Al margen de esta diversidad, en general, la mayoría de las formulaciones clínicas descansan en tres supuestos: a) nivel de inferencia a partir de la información proporcionada por el paciente, b) se basan fundamentalmente en juicios clínicos, y c) se encuentran estructuradas en componentes pre-definidos.

     En particular, desde el enfoque estratégico, que ha sido el analizado aquí, Nardone (2012) propone que los componentes que conforman la formulación clínica son:
  1. Definición descriptiva y concreta del problema específico del paciente
  2. Determinar y acordar el objetivo
  3. Evaluar las soluciones intentadas
  4. Aplicación de estratagemas

     En suma, independientemente de la corriente teórica, cuando hablamos de la formulación del caso clínico nos estamos refiriendo a una herramienta científica imprescindible en el proceso terapéutico que permite un adecuado equilibrio entre las particularidades del paciente y la generalidad del modelo teórico, aumentando así las garantías de éxito en cuanto a la solución del problema presentado.

Referencias bibliográficas

Ballesteros de Valderrama, B.P., Caycedo Espinel, C.C. & Novoa Gómez, M.M. (2008) Análisis de un protocolo de formulación de caso clínico desde las categorías de bienestar psicológico. Universitas Psychologica, V.7, pp.231-250
González Bravo, L.A. (2008) Formulaciones clínicas en Psicoterapia. Terapia Psicológica, V.27, Nº 1, pp.93-102
Nardone, G. & Balbi, E. (2011) Surcar el mar sin que el cielo lo sepa. Herder
Nardone, G (2012) Problem Solving Estratégico. Herder
Nardone, G. & Watzlawick, P. (2012) El arte del cambio. Herder

Bibliografía


Wilson, K.G. & Luciano Soriano, M.C. (2012) Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT). Psicología Pirámide


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