jueves, 28 de noviembre de 2013

La lógica de la depresión




     La depresión se caracteriza fundamentalmente por la renuncia. La persona se encuentra paralizada por el rechazo a hacer cualquier cosa. Este estado se manifiesta a través de una serie de síntomas como son la desmotivación, la falta de esperanza, la ausencia de placer, la actividad relantizada, el negativismo, la impotencia y la lamentación, entre otros. Por norma general, los familiares juegan un papel muy importante en el mantenimiento del problema.

     La persona deprimida suele poseer la creencia de que es víctima de algo que no puede gestionar, lo que conlleva el resquebrajamiento de su mundo, de sus creencias, todo lo que había creído hasta entonces se ha hecho añicos. Dicha percepeción suele estar originada por un acontecimiento inesperado que marca un antes y un después, como un rayo en la oscuridad de la noche. Y la única manera que halla para enfrentarse a dicha situación es la renuncia, que puede ser de dos tipos: inmediata o tras una serie de intentos funestos para restablecer lo que se ha roto.

     Además, la tristeza en la mayoría de las ocasiones suele ir acompañada de un resentimiento procedente de la pérdida de control de las propias acciones, lo que se traduce en rabia, eso sí, calmada por su renuncia a cualquier acción.

     Desde el CTB Sakina, y en particular desde la Terapia Breve Estratégica, se distinguen cuatro tipos de depresión:

  • El deprimido radical
También murieron pronto mis dulces esperanzas.... G. Leopardi

     Se siente víctima de sí mismo, de su propia naturaleza; el mundo es el que siempre ha sido correcto y es él, el que nunca ha sido capaz de nada y siempre ha estado equivocado. Y ello lo lleva a renunciar por impotencia delegando en los demás que son los que son capaces de hacer.

  • El iluso desilusionado de sí mismo
El éxito vale cero y el fracaso doble. G. Nardone

     Se siente víctima de sí mismo, ha ocurrido algo que le ha demostrado su incapacidad, que ya no es el de antes. Pensaba que las cosas eran de un cierto modo pero ya no son así. Y renuncia rindiéndose, ya que tiene miedo a no tener los recursos necesarios para reconquistar la situación inicial.

  • El iluso desilusionado de los demás
Nadie puede hacer que te sientas infeliz si tú no se lo concedes. F.D.Roosevelt

     Se siente víctima de los demás, ha sido traicionado. Creía que su relación con los demás era estupenda hasta que se ha producido algo inesperado que lo ha desengañado. Y al igual, que el anterior, también renuncia rindiéndose, ahora es el turno de los demás de hacer, son ellos los que deben de restablecer la situación.

  • El moralista
El modo en que te explicas a ti mismo cómo ocurren los acontecimientos determina tu realización. M.Seligman

     Se siente víctima del mundo, ya que éste no es como debería ser. La injusticia en el mundo y en los demás le han hecho percibir la inutilidad de sus convicciones y comportamientos. No importa lo bien que se comporte uno, siempre termina ganando este mundo depravado. Y por ello, renuncia, pero sólo a nivel práctico, ya que continua luchando a través de su pensamiento.



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