“Es mucho más difícil hablar de una cosa, que hacerla” O. Wilde
La mayoría de las terapias se basan en el supuesto de que el
obrar sigue al pensar. Así, para cambiar un comportamiento o
situación primero hay cambiar el modo de pensar y sólo después es
posible cambiar la manera de obrar. Necesidad de conciencia, de
racionalizar, etc. Este proceso debe de invertirse. Para cambiar primero hay que obrar
y como consecuencia el pensar cambiará. Todo aprendizaje va de la
experiencia al conocimiento (Piaget). No se niega la influencia del pensamiento, sino que sólo después de que se haya
producido el cambio o aprendizaje, el conocimiento permite repetirlo y
aplicarlo de nuevo con conocimiento de causa.
Tomar conciencia del cambio antes de que éste se produzca
supone poner en guardia al sistema, con lo que éste se opondrá al cambio, aunque éste sea hacia un equilibrio más funcional. Por eso, la terapia se orienta pragmáticamente a la acción y a la ruptura
prioritaria del sistema de retro-acción disfuncional que el paciente
vive consigo mismo, con los demás y con el mundo, procurando por
este medio hacer vivir concretamente nuevas experiencias. De este modo, primero se
intentará producir modificaciones efectivas en la percepción-acción
del sujeto, para después pasar a la redefinición cognoscitiva de
aquello que se ha experimentado, en una síntesis pragmática entre
la influencia personal del terapéuta y el incentivo continuado a la autonomía
personal del paciente. Normalmente el cambio sucede sin que la persona se de cuenta de
ello. Sólo cuando éste se ha producido, se toma consciencia de éste
y se dan las consiguientes explicaciones.
Resumiendo, la terapia estratégica es como una partida de ajedrez entre el terapétua y el paciente contra sus problemas, una sucesión de
movimientos que tienden a producir efectos específicos. Después de
cada cambio se redefine la nueva situación de la partida. El
programa terapéutico se desarrolla estrategia a estrategia teniendo
en mira los objetivos previstos y reorientándose según los efectos
observados en el intento de centrar y aplicar una estrategia que puede ser eficaz para un problema determinado o un momento concreto de la terapia. No consiste simplemente en un aplicación de recetas eficaces, sino
en un modo de ver los problemas humanos que no se interesa en la
extinción definitiva de todos ellos, cosa que es imposible, sino
únicamente en la solución focal de los problemas que, uno tras
otro, pueden las personas hallar en el camino de su existencia.
“La vida es un juego cuyo objetivo es descubrir reglas;
reglas que cambian siempre y nunca llegan a descubrirse” Bateson
reglas que cambian siempre y nunca llegan a descubrirse” Bateson
NARDONE & WATZLAWICK, El arte del cambio, Herder
C/ Cristobal Lozano nº 20
02400 Hellín (Albacete)
670037355
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