martes, 28 de enero de 2014

Los milagros tienen detalles


Un día Nasrudín puso un pollo a asar en su horno y salió a la calle un rato. Un bromista local lo sustituyó por un pollo vivo. Cuando el Mulá regresó a su casa, la encontró rodeada de gente.
- Mulá – exclamaba la gente – se ha producido un milagro, tu ave asada ha vuelto a la vida.
- Nasrudín abrió la puerta del horno y comprobó que ciertamente el pollo ahora estaba vivo. Se giró hacía la muchedumbre y les dijo:
- Los milagros están muy bien, pero hay ciertas detalles que tienen que resolverse. ¿Creéis que el poder de obrar milagros, el cual reconozco ante la evidencia presentada, otorga el derecho al robo? Alguien ha hecho desaparecer mis especias y mis condimentos. ¿Quién pagará la leña gastada? Y lo peor de todo, ¿quién restaurará mi esfuerzo en preparar el pollo asado?