martes, 7 de enero de 2014

Bulimia


Puedo resistirlo todo excepto la tentación. Oscar Wilde

    La bulimia, el trastorno alimentario más frecuente de todos, se caracteriza por la compulsión irrefrenable de comer, la cual más que al hambre, se debe a un deseo desenfrenado de consumir comida, llegándose incluso a comer cualquier cosa por el simple placer de engullir. Las personas que padecen de bulimia no poseen la capacidad de resistirse a los cantos de sirena de la comida. Desde el enfoque psicológico estratégico se diferencian tres tipos o modalidades repetitivas de percepción y reacción, respecto a la comida y al cuerpo, propias de la bulimia.

a) Bulimia boteriana

     Las personas de este tipo suelen ser sujetos tan gordos que recuerdan a las famosas pinturas de Botero. Suelen estar bien adaptados a su problema, acudiendo a terapia a causa de un problema de salud que les obliga a perder peso. Suelen estar presentes las típicas disfunciones orgánicas y psicológicas de la obesidad.
     
     Su situación se ha convertido para dichas personas en una realidad aceptada, ya que tras una serie de vivencias de frustraciones juveniles, han cedido a su condición, aparentemente inevitable, eliminado cualquier freno a la hora de saciar sus deseos. Se ha olvidado cualquier esperanza estética convirtiéndose en auténticos gozadores de la comida.

b) Bulimia por efecto alcachofa

    
     En este caso, la característica principal es que el sobrepeso o descontrol equilibrado de su alimentación se convierte en una especie de protección para otros problemas afectivos-relacionales. Por más que intenten ponerse a dieta, más tarde o temprano, siempre terminarán fracasando. Su constante lucha con la balanza y la dieta les permite no dirigir su atención a sus problemas. Se trata de una realidad no aceptada pero que no se consigue cambiar porque se necesitaría resolver antes otros tipos de problemas.

c) Bulimia yoyó

     Aquí se alternan periodos de dieta en los que se puede perder muchos kilos con periodos de alimentación desenfrenada en los que los vuelven a ganar. Alternancia perpetua entre control y pérdida de control, confianza en sí mismas y depresión. Su estado emocional está ligado a su relación con la comida e imagen estética. El problema se convierte en una realidad desagradable, combatida con éxito sólo parcialmente, seguida de recaídas que llevan a una lucha extenuante. Suele ser la más frecuente y clara. La lógica de este tipo de bulimia se basa en un efecto paradójico de autoimposición: cuanto más me reprimo lo que deseo más irrefrenable se convierte. Intento de control que hace perder el control. Suele estar presente también en las demás formas de bulimia. Además, están en constante conflicto consigo mismos por su incapacidad de gestionar su alimentación. 

     Los resultados que presenta la Terapia Breve Estratégica, enfoque desde el que se trabaja en el Centro de Terapia Breve Sakina, muestran que en un 91% de los casos los pacientes tratados consiguen solucionar completamente este tipo de problemas psicológicos.

NARDONE, G., Más allá de la anorexia y la bulimia, Paidós


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