Puedo resistirlo todo excepto la tentación. Oscar Wilde
La bulimia, el trastorno alimentario más frecuente de todos, se
caracteriza por la compulsión irrefrenable de comer, la cual más
que al hambre, se debe a un deseo desenfrenado de consumir comida,
llegándose incluso a comer cualquier cosa por el simple placer de
engullir. Las personas que padecen de bulimia no poseen la capacidad de resistirse a los cantos de sirena de la comida. Desde el enfoque psicológico estratégico se diferencian tres tipos o
modalidades repetitivas de percepción y reacción, respecto a la
comida y al cuerpo, propias de la bulimia.
a) Bulimia boteriana
Las personas de este tipo suelen ser sujetos tan gordos que recuerdan a las famosas pinturas de Botero.
Suelen estar bien adaptados a su problema, acudiendo a terapia a
causa de un problema de salud que les obliga a perder peso. Suelen
estar presentes las típicas disfunciones orgánicas y psicológicas
de la obesidad.
Su situación se ha convertido para dichas personas en una realidad aceptada, ya que tras una
serie de vivencias de frustraciones juveniles, han cedido a su
condición, aparentemente inevitable, eliminado cualquier freno a la
hora de saciar sus deseos. Se ha olvidado cualquier esperanza
estética convirtiéndose en auténticos gozadores de la comida.
b) Bulimia por efecto alcachofa
En este caso, la característica principal es que el sobrepeso o descontrol equilibrado de su alimentación se
convierte en una especie de protección para otros problemas
afectivos-relacionales. Por más que intenten ponerse a dieta, más
tarde o temprano, siempre terminarán fracasando. Su constante lucha
con la balanza y la dieta les permite no dirigir su atención a sus
problemas. Se trata de una realidad no aceptada pero que no se consigue cambiar
porque se necesitaría resolver antes otros tipos de problemas.
c) Bulimia yoyó
Aquí se alternan periodos de dieta en los que se puede perder muchos
kilos con periodos de alimentación desenfrenada en los que los
vuelven a ganar. Alternancia perpetua entre control y pérdida de
control, confianza en sí mismas y depresión. Su estado emocional
está ligado a su relación con la comida e imagen estética. El problema se convierte en una realidad desagradable, combatida con éxito sólo
parcialmente, seguida de recaídas que llevan a una lucha extenuante. Suele ser la más frecuente y clara. La lógica de este tipo de bulimia se basa en un efecto paradójico de autoimposición:
cuanto más me reprimo lo que deseo más irrefrenable se convierte. Intento de control que
hace perder el control. Suele estar presente también en las demás
formas de bulimia. Además, están en constante conflicto consigo mismos por su incapacidad de
gestionar su alimentación.
Los resultados que presenta la Terapia Breve Estratégica, enfoque desde el que se trabaja en el Centro de Terapia Breve Sakina, muestran que en un 91% de los casos los pacientes tratados consiguen solucionar completamente este tipo de problemas psicológicos.
NARDONE, G., Más allá de la anorexia y la bulimia, Paidós
C/ Cristobal Lozano nº 20
02400 Hellín (Albacete)
670037355
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