La depresión se caracteriza fundamentalmente por la renuncia. La
persona se encuentra paralizada por el rechazo a hacer cualquier
cosa. Este estado se manifiesta a través de una serie de síntomas
como son la desmotivación, la falta de esperanza, la ausencia de
placer, la actividad relantizada, el negativismo, la impotencia y la
lamentación, entre otros. Por norma general, los familiares juegan
un papel muy importante en el mantenimiento del problema.
La persona deprimida suele poseer la creencia de que es víctima
de algo que no puede gestionar, lo que conlleva el resquebrajamiento
de su mundo, de sus creencias, todo lo que había creído hasta
entonces se ha hecho añicos. Dicha percepeción suele estar
originada por un acontecimiento inesperado que marca un antes y un
después, como un rayo en la oscuridad de la noche. Y la única
manera que halla para enfrentarse a dicha situación es la renuncia,
que puede ser de dos tipos: inmediata o tras una serie de intentos
funestos para restablecer lo que se ha roto.
Además, la tristeza en la mayoría de las ocasiones suele ir
acompañada de un resentimiento procedente de la pérdida de control
de las propias acciones, lo que se traduce en rabia, eso sí, calmada
por su renuncia a cualquier acción.
Desde el CTB Sakina, y en particular desde la Terapia Breve
Estratégica, se distinguen cuatro tipos de depresión:
- El deprimido radical
También murieron pronto mis dulces esperanzas.... G. Leopardi
Se siente víctima de sí mismo, de su propia naturaleza; el mundo
es el que siempre ha sido correcto y es él, el que nunca ha sido
capaz de nada y siempre ha estado equivocado. Y ello lo lleva a
renunciar por impotencia delegando en los demás que son los que son
capaces de hacer.
- El iluso desilusionado de sí mismo
El éxito vale cero y el fracaso doble. G. Nardone
Se siente víctima de sí mismo, ha ocurrido algo que le ha
demostrado su incapacidad, que ya no es el de antes. Pensaba que las
cosas eran de un cierto modo pero ya no son así. Y renuncia
rindiéndose, ya que tiene miedo a no tener los recursos necesarios
para reconquistar la situación inicial.
- El iluso desilusionado de los demás
Nadie puede hacer que te sientas infeliz si tú no se lo concedes.
F.D.Roosevelt
Se siente víctima de los demás, ha sido traicionado. Creía que
su relación con los demás era estupenda hasta que se ha producido
algo inesperado que lo ha desengañado. Y al igual, que el anterior,
también renuncia rindiéndose, ahora es el turno de los demás de
hacer, son ellos los que deben de restablecer la situación.
- El moralista
El modo en que te explicas a ti mismo cómo ocurren los
acontecimientos determina tu realización. M.Seligman
Se siente víctima del mundo, ya que éste no es como debería
ser. La injusticia en el mundo y en los demás le han hecho percibir
la inutilidad de sus convicciones y comportamientos. No importa lo
bien que se comporte uno, siempre termina ganando este mundo
depravado. Y por ello, renuncia, pero sólo a nivel práctico, ya que
continua luchando a través de su pensamiento.
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