“El hombre es tan perfectible y tan corrompible que puede
enloquecer por medio de la razón”
G.C. Lichtenberg
La tarea del terapéuta no se centra en el análisis de lo
profundo y la búsqueda de las causas del problema hasta la
extrapolación de las verdades escondidas, sino en desentrañar cómo funciona y
cómo se puede cambiar la situación de malestar de un sujeto, de una
pareja o de una familia. Se produce un paso de los contenidos a los procesos, de un
saber por qué hacía un saber cómo; ayudando al paciente a resolver su problema y a que adquiriera, por medio de una nueva experiencia de sus circunstancias, la capacidad de afrontar por sí solo de un modo más adecuado sus posibles problemas futuros.
El enfoque estratégico defiende que los trastorno psíquicos y comportamentales se encuentran determinados por la propia percepción de la realidad que posee el sujeto, es decir, por su propio punto
de vista que hace que perciba y construya una realidad ante la cual
reacciona con una conducta disfuncional concreta. Ésta, sin embargo, a menudo, es la mejor
opción que el sujeto conoce y cree poder ejercer en la situación problemática en la que se halla inmerso. Y con frecuencia, son estas mismas soluciones intentadas las que mantienen o
agravan el problema. Una solución que en una situación derterminada ha demostrado ser buena y resolutiva puede convertirse, aplicada a una nueva situación, en una verdadera complicación del problema. Puede parecer extraño y paradójico pero, a menudo, los esfuerzos para cambiar algo no hacen más que mantener inmutable eso mismo que se desea cambiar, reforzando su problematicidad.
De este modo, la intervención terapéutica estratégica consiste en desplazar el punto de
vista del sujeto, desde su rígida y disfuncional posición
perceptivo-reactiva a una nueva perspectiva más elástica, menos rígida y
con más posibilidades de elección, en consonancia con uno de los imperativos estéticos del constructivismo:
“Obra siempre de modo que aumentes el número de posibilidades de elección”
Von Foerster
Este cambio de perspectiva se produce a través de un cambio en la percepción de la
realidad que transforma a la realidad misma, lo que conlleva una transformación de
toda la situación y de las reacciones ante ella. El sujeto adquiere, de este modo, la capacidad de enfrentarse a un problema
recurriendo a todo un abanico de diversas posibles estrategias eficaces que hasta el momento no poseía.
NARDONE & WATZLAWICK, El arte del cambio, Herder
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