sábado, 1 de marzo de 2014

Nacimiento e iluminación de Buda



    El Buda nació en el parque de Lumbini en el año 563 a.n.e. (1) en el seno del grupo étnico conocido como los Shakya (2), del cual derivará el nombre de Shakyamuni, “el sabio de los Shakyas”. Su padre llamado Suddhodana era el jefe de la oligarquía gobernante y su madre se llamaba Maya. Al nacer recibió el nombre de Siddharta (aquel que ha realizado su deseo) Gautama (vaca superior) (3). Según la tradición budista, su nacimiento estuvo rodeado de multitud de milagros y un ermitaño de nombre Asita reconoció en el recién nacido las 32 marcas de buen auspicio que lo presentaban como un ser que llegaría a ser o un Chakravatin (un gran rey) o un Buda.

   Su educación como príncipe se basó en los Vedas y los Upanisad. Debido a su personalidad introspectiva y pensativa, su padre decidió aislarlo en palacio de todo aquello que pudiera mostrarle la imperfección del mundo, rodeándolo de innumerables lujos y casándolo con Yashodhara con la que tuvo un hijo llamado Rahula. Tras su nacimiento (4) decide salir del palacio, y para ello, según transmite la leyenda, le prestaron ayuda cuatro dioses para que su caballo no despertara a los centinelas.

     De acuerdo con la tradición, a la salida del palacio el Buda se encontró con un anciano, un enfermo y un muerto, hechos que lo marcarían profundamente. Pero este contacto con el sufrimiento debe de interpretarse como una profundización que Siddharta llevó a cabo en su comprensión sobre la realidad humana. Por último, coincidió con un asceta, un shramana, y él también decidió seguir el mismo camino.

     Al comienzo, entró en contacto con dos maestros de meditación alcanzando rápidamente los mismos niveles de conciencia que ellos, y dándose cuenta de que aquello no era lo que el buscaba, la iluminación, decidió unirse a un grupo de ascetas.
     Era creencia en la India de aquella época que la única vía para alcanzar la liberación del sufrimiento, es decir, la iluminación, era el ascetismo que se basaba en soportar dolores físicos que uno mismo se provocaba intencionadamente (5). Tras seis años de prácticas ascéticas que estuvieron varias veces a punto de llevarlo hacía la muerte, Shakyamuni comprendió lo vano de este intento y se apresuró a abandonarlo, adoptando en su búsqueda la Via Media. Así, tras lavarse y llevar a cabo una comida, se sentó bajo un frondoso árbol y tomó la determinación de no levantarse hasta alcanzar la iluminación, la cual aconteció una noche cuando Venus brillaba en lo alto del cielo. Pero antes de alcanzarla tuvo que hacer frente a las huestes de Mara y a sus tres hijas que intentaron seducirlo. Este combate representa la lucha que lleva a cabo todo hombre con su propio destino, la comprensión del origen del sufrimiento y su liberación.

NOTAS

(1)En la India del siglo VI a.n.e. la civilización indoaria se había desarrollado de modo considerable, como lo demuestra la aparición de la moneda, del mercantilismo, junto a un aumento del número de artesanos, al mismo tiempo que se organizaba territorialmente en repúblicas y monarquías que disputaban entre ellas por un mayor poder, como Kosala y Magadha, ambas en la planicie del Ganges. Además, tanto la religión como la filosofía habían alcanzado cotas notables.

(2)Los Shakya era un clan cuyo pequeño reino se ubicaba en la vertiente sur del Himalaya, en lo que en la actualidad es Nepal, y su capital era Kapilavastu. Se encontraban subordinados al estado de Kosala que más tarde decidió exterminarlos, con lo que la información que nos ha llegado acerca de ellos es escasa.

(3)Gautama o vaca superior expresa un alto nivel social de la familia ya que las vacas son muy veneradas en la India.

(4)En la India tradicional no se podía renunciar al mundo antes de tener un hijo, ya que existía un sistema que establecía las diferentes etapas (ashrama) de la vida de cada persona. Lo llamativo en el caso de Siddharta es la rapidez con la que comenzó la última de estas etapas, la de la renuncia del mundo.

(5)Dichas prácticas provienen de la creencia de que el espíritu sólo puede liberarse al separarse del cuerpo.


C/ Cristobal Lozano nº 20
02400 Hellín (Albacete)
 670037355